REPROBADO
Hemos retomado para la política un término procedente del sistema escolar; se trata de una acción que atañe a la calificación obtenida por un alumno en el sentido de no aprobar que viene a ser peor que suspender…o no.
El Congreso y algunos ayuntamientos se han dado recientemente a reprobar por un quítame allá esas pajas y a continuación, a mayor abundamiento, se han lanzado a crear comisiones de investigación.
Juegan a detectives antiguos como Maigret y se lo pasan pipa poniendo a parir al reprobado-investigado que siempre, por cierto, se declara inocente, sin mirar a la cara al que pregunta.
Esa acción sirve para excitar mucho al que pregunta, como pasó en el encuentro a dos bandas entre Bárcenas (alias Luis el cabrón) y el actordiputado Cantó, que entraba en ira teatralizada cuando Bárcenas, impecable en su terno veraniego, se llamaba andanas ante el preguntón.
Se ha redescubierto la reprobación de concejales, ministros y otros servidores de la cosa pública, porque precisamente no han servido fielmente a los objetivos que se supone debían haber cumplido y han hecho caso omiso o han abusado de su capacidad de decisión.
Las señorías se han dado una oportunidad laboral más, aunque algunas perspectivas de hemiciclo vacio dan que pensar. Digo yo que estarán preparando mociones y reprobaciones.
Ahí tenemos el caso de la amnistía fiscal decretado por el Sr. Montoro en el ejercicio de su función recaudadora.
¿Estábamos al borde la quiebra como país y no había más remedio que poner en marcha políticas de atracción al defraudador?
Los datos de esa regularización, al decir del término empleado por el propio ministro, no han salvado al país.
Yo creo que la reprobación como instrumento es una falacia y al reprobado se le importa una higa el desahogo de la señoría de turno.
Creo que por la faz imperturbable de los reprobados y por sus ojos se adivina un “que me quiten lo bailao”.
¿Que hacer? Desaforar porque hay mucho aforo. Suspender es mejor que reprobar que suena más a un apercibimiento.
En periodo pre vacacional, estas reuniones de Sánchez, marginado en un asiento como invitado y rodeado de la nada, son para tomar unas copas al borde la piscina infinity. Es la nada.