ME DICEN QUE LOS HOMBRES NOS FEMINIZAMOS
Este asunto acerca de la masculinización de las mujeres y “sensu contrario”, la feminización del hombre, está levantando mucha polvareda y por tanto sería prudente no entrar en esa batalla en la que desde hace algún tiempo la sociedad española está inmersa con cierta virulencia, pero las noticias y algunas conversaciones en las que participo me impiden abstenerme como, con prudencia, me aconsejan los que saben de esto.
No quiero seguir el consejo de los que siempre son políticamente correctos, que es lo mismo que dejar de decir lo que uno piensa, para pasar a decir lo que al otro le gusta.
Yo creo que hay hombres muy amanerados y mujeres muy masculinizadas y que eso puede dar lugar a ciertas dudas acerca de eso que se ha dado en llamar identidad de género. A mí me parce que eso ha pasado desde la icónica Eva y el mítico Adán.
Dicen que ahora se da más. Debe ser la conciencia de clase. Los sindicatos no parecen decir nada e incluso hay gente que cree que han desaparecido.
Se ve que se da mucho y en todas partes y por eso, digo yo, que los generales del ejercito americano, al decir del Sr. Trump, le han aconsejado a este que decrete la imposibilidad de acceder al Ejercito si hay dudas sobre si él es él o ella es ella. Fuera problemas. O lo tienes cristalino o no te comes una rosca.
Yo reflexiono y me pregunto cosas. ¿Puedo ser marine? Lo digo por entretenerme a la hora de preguntar
Sin llegar a tener problemas de identidad yo no puedo ser marine. Lo sé. Lo tengo claro.
Hay varias razones y me entretengo aquí en comentar alguna. Por ejemplo, no me puedo arrastrar entre el barro, evitando las alambradas de espino al tiempo de sufrir el rieSgo de que metan una bala, aunque sea de goma, en el culo. De hecho, no me puedo arrastrar de la cama hasta el suelo, casi sin que note en los riñones un dolor agudo que se prolonga hasta el huevo izquierdo o derecho, según el día.
No soy un macho alfa que beba bourbon a todo meter cuando bajo del portaaviones de turno; por otra parte, es una suerte que no tengamos aquí portaaviones y en todo caso me gusta la mistela. No levanto pesas y lo único que levantaba hasta ayer era la bolsa de la compra.
No soy amanerado y para demostrarlo me fumo unos puros que me hacen toser hasta que tiro medio hígado. Y luego está la edad porque he visto en el DNI que me han puesto una fecha de caducidad que si llegara sería un récord Guinness
¿A que viene hablar de usted? Me dice uno que me lee. Y ¿Eso que tiene que ver con la feminización del hombre?
Son experiencias de campo y oiga son mías. Yo soy muy respetuoso con el lector o lectora.
Diga usted primero lectora- me apunta otro.
No pasa nada porque ahora todos somos iguales- señala un listo del grupo
Lo hago, mayormente, por no molestar a nadie. Pondré algún ejemplo que he oído y leído. Está lo de Mallorca.
¿Qué pasa en Mallorca?
Me refiero a lo de los toros. Ahora resulta que las corridas de toros allí serán otra cosa y eso, digo yo, si que es un problema de identidad de género, sobre todo para el toro. No se le puede pinchar con banderillas, picas y desde luego no se le puede matar y como máximo serán 10 minutos de nada los que estén en la plaza y en vez de seis toros serán tres por corrida.
Uno, que es catalán, me pregunta si cobrarán lo mismo por la entrada. No lo sé, le digo, aunque vaya usted a saber
¡No me joda! – comenta uno más macho del grupo- ¿Y del estoque qué?
Dios me libre- añado yo en un arrebato- nada, de estoque nada.
El toro volverá a la dehesa y se tumbará a la bartola y será un desclasado y hará campaña a favor de la nueva situación. Preveo un problema en las ganaderías y es posible que una mañana el mayoral se encuentre con una sentada toril y con una petición de referéndum no autorizado.
Yo creo que eso hay que llevarlo al Constitucional.
Ya lo han hecho. Menudos son- comenta uno que parece que es abogado, aunque yo creo que hace años que no tiene un pleito
“Los únicos utensilios” de los que podrá servirse el torero en su faena y sus auxiliares son el capote y la muleta, pero “ningún instrumento punzante que pueda provocar heridas o la muerte del toro”, al que tampoco se podrán lanzar objetos.
Finalizado el espectáculo, el personal veterinario realizará un reconocimiento de los toros para “comprobar su estado sanitario y el bienestar del animal” y se reflejarán en el acta las incidencias, como posibles lesiones, para que se adopten las medidas correspondientes.
En las corridas de toros también se prohíbe la presencia de caballos, y la venta y consumo de alcohol en las plazas, a la vez que se eleva de 16 a 18 años la edad para presenciarlas. Asimismo, se prohíben las novilladas y se establece que los toros de lidia, tras ser transportados desde la Península, descansen 48 horas antes del espectáculo.
¿Y los extranjeros qué? – comenta uno que es director provincial de una agencia de turismo.
Seguro que inventarán corridas ficticias y pasarán películas con la presencia de Ava Gadner y Luis Miguel Dominguín y se harán capeas clandestinas en dehesas con botellón incluido.
El espacio se acaba y creo que hay que decir algo más.
Se decía antes que “hay de todo como en botica”. Puede ser. Lo que es cierto es que he oído, según le va a cada uno la fiesta en relación con las mujeres y con la vida en general, que hay de todo. A favor del macho alfa y a favor del hombre tierno y comprensivo. Ustedes dirán.