LA ÚLTIMA CENA
21 Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.
22 Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor?
23 Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar.
24 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, más!!Ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.
25 Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho.
Esta es la crónica eterna de quien habiendo cenado con los candidatos o estando a punto de cenar entre ellos que, aquí en vez de discípulos, los llamo compromisarios.
Una crónica adelantada de lo que siempre pasa y es que no hay como leer para comprender, aunque esa sea una lectura del Evangelio de San Mateo.
Aunque tú no hayas asistido a cena alguna de esa guisa. Tú lo sabes. Te lo han contado y hasta te atreverías a señalar a algunos que lo han hecho y lo volverán a repetir
¿Cuántos de los que han dicho que si estarán diciendo al mismo tiempo que no?
¿Cuántas monedas en forma de cargo le habrán ofrecido?
Digo yo que hay que desconfiar de las lealtades y sobre todo de aquellos que van y vienen de mesas en mesa, saludadores, con la sonrisa marcada por el rictus tradicional del que ha sobrevivido a las diferentes chaquetas y colores con los que se vestido a lo largo de su vida política.
Y se perdonarán.