MESA DE DIALOGO (papel y digital)
Hay varios conceptos que se han puesto de moda y que sin apenas darnos cuenta y a fuerza de repetirlos, probablemente se nos han inculcado con la precisión quirúrgica de un implante a cerebro abierto; no se trata de extirpar, sino incorporar o a lo mejor de sustituir.
Es una vieja práctica propagandística´, un algo goebbeliano. Es el machacar como un martillo pilón o una perforadora de petróleo
“Mesa de diálogo” surge ahora como primer plato de cualquier discrepancia dejando, a lo mejor, protocolos en forma de leyes que ya están establecidos, cuando los diálogos se muestran imposibles.
Los Srs. de ERC insisten en que deben abordar a nivel de Gobierno una mesa que empiece por fijar los términos temporales de una puesta en marcha de la autodeterminación y siguen.
No debemos extrañarnos que esta sea una parte del precio a pagar por los votos y cuando una parte del Congreso de Diputados (Diputados por mucho que se empeñe, de momento, Doña Carmen Calvo en ello y como no le gusta quiere eliminar Diputados y dejarlo en Congreso, para dejar su impronta de “inventora” del feminismo. Bueno algo tiene que hacer).
Pero no pasa nada. Se reabre cada semana una nueva mesa de diálogo y el respetable está contento.
Aprovechando que el ejecutivo decide cambiar al director de la Guardia Civil (aunque hay cierta discrepancia con mandos y pesos pesados del Gobierno por esa acción) y que se está desmontado la tercera valla de Melilla, que Marruecos se marca una extensión de sus aguas jurisdiccionales complicándonos a Canarias, cuyos pescadores están alborotados.
El vecino del Sur ha detectado la debilidad gubernamental y saca pecho y , gente europea, cuando nos conviene, damos consejos de serenidad progresista y combativa en “una mesa de diálogo”.
¿Qué precio hay que pagar para parar esto?
Llega Davos, ese sitio que se ha hecho famoso y dónde que nos limitan las exportaciones y el que no firma lo del cambio climático el presidente Trump, pasa entre los mandatarios y pide hablar y cenar con la Sra. Botín y nuestro presidente no es ni saludado. Raro