carlos pajuelo de arcos <periodista1940@yahoo.com>
Para: carlos pajuelo de arcos <periodista1940@yahoo.com>
DIARIO DE UN ENCIERRO (11 Y UN POQUITO DEL 12)
Me acabo de enterar que la cosa sigue y además lo hace apretando un poco más al personal y todos dicen que es por nuestro bien y yo supongo que al fallar los kits chinos de pega ( que creo que han sido unos 650 mil a devolver, aunque el jefe de informarnos de la cosa sanitaria, con cara de buen chico y con pelo modo Einstein, nos dijo que habían devuelto 9 mil y luego 50 mil y creo que ya no se atrevió a dar la abundante cifra de 600 mi).
Sí lo hubiera dicho de golpe, pues ya está.
Debía haber citado la famosa frase que se suele decir en algún lugar del interior de la provincia de Alicante “Nos la han metido doblada”. Curiosa forma coloquial de hablar de un engaño y eso que se trata de un procedimiento físico de singular dificultad. ¿Cómo se dieron cuenta?
Todavía no han prohibido decir cosas vía Wassap’por el momento aunque si fuera por el gabinete de Comunicación de Presidencia , habría que mandar frases y videos a una oficina especial como en la película “Los otros” donde la policía especial, “La Stassi”, tenían controlados a los ciudadanos abriéndoles las cartas etc.
A lo mejor también nos abren los correos y nosotros aquí a la Luna de Valencia.
Decía antes que cómo se habrán enterado. Me mandaron un mini video con un texto que explicaba uno al que le habían hecho la prueba del contagio:
Estoy contento con el resultado de la prueba. “A mí me ha salido niña”
No hay que ser tan exigentes y hay que comprenderlo todo. Que la ministra se ha vuelto a contagiar hay que sentirlo y yo como ser humano, me refiero a mí, lo siento y también pienso que si se hubiera quedado en su casa no solo estos días de cuarentena sino el 8 de marzo y se hubieran llamado por teléfono en vez de ir a las manifestaciones ( lo mismo otros eventos que se dice ahora) además de subir las acciones de Telefónica ( las antiguas Matildes que fueron las que sirvieron de medida para empezar a jugar en Bolsa que se veía como una cosa de entendidos y de gentes con dinero ( igual que ahora) y hubiera habido menos contagios…o no)
Solo lo sabe El Señor (al que todo el mundo acude cuando estás con el agua al cuello).
¿Cómo llevo el encierro?
Bien, francamente bien. Fíjense ustedes que todavía no he acudido a ver álbumes de fotos y clasificarlas.
Me envía, mientras escribo esto, mi amigo Mariano (experto lega donde los haya) que desde hoy nos controlan el teléfono para la cosa de la geo localización.
A mí me importa un pito con chorreras. No puedo ir a ningún lado. Si vas de tapadillo al Saler los drones de la Local te identifican, si a ver al chino de la esquina está cerrado (por cierto lo está desde que en China saltó el corona de los coj…) ¿Sabría algo? ¿Había recibido una orden de la embajada? O simplemente es que es más listo que yo…cosa realmente fácil; si vas a una cafetería que comparte el espacio con una panadería te limitan el acceso con una cintita.
De repente me asalta una duda hamletiana
Con las campañas antitabaco ¿Cómo es que pueden abrir los estancos?
El que fumaba, como yo, puros era Rajoy y este está en su casa o en su registro. ¿No?
Las decisiones gubernamentales se me escapan por pertenecer, digo, a secretos de Estado.
Justo por eso me inclino por seguir balanceándome sobre la cuerda de mi pasado…solo en parte. No lo voy a contar todo ¿No?
Cómo hablo de tabaco me acuerdo de un verano en el que estaba yo en la calle esperando con otros a que pasase Amparito o Amparín ( a elegir) que era una colegiala de las Trinitarias muy coqueta y que vivía en una placita cerca de mi casa y que por una u otra razón se paseaba con su uniforme ( lo llevaba toda la semana como otras chicas y chicos con lo que con el uniforme y un , el asunto de vestirse quedaba resuelto) decía yo que era muy coqueta y meneaba el trasero de una forma harto interesante, sobre todo para chicos de probada efervescencia que quedábamos con la cara de panoli propia del quedarse mirando muy fijo; alguno se aproximaba demasiado y entonces Amparito se detenía, se daba media vuelta y le arreaba una torta o bofetón ( a elegir) y el abofeteado no decía nada, incluso se diría que la marca en el carrillo podía ser como una especie de medalla.
Pero para bofetón el que me arreó mi padre una tarde noche cuando me vio fumando.
Yo tenía controlada la calle por donde venía después de dejar el tranvía y cuando intuía o `presentía(a elegir) que se acercaba tiraba el cigarrillo, hasta aquella tarde noche que vino por otra calle y me cogió desprevenido dándome un cachete en la nuca que me hizo lanzar el cigarrillo algunos metros por delante y lo hizo al paso; es decir no me dijo nada y siguió andando.
Por cierto! cuanto daría yo ahora por volver a sentir el cachete en mi nuca!
Creo que tengo un ataque de sensibilidad, pero como estoy en mi casa y nadie me ve me puedo permitir una lagrimita de nada.
Eso me recuerda a otro amigo, mi querido y nunca olvidado mi psiquiatra Alfredo que Dios debe tenerlo al lado por si con lo que pasa, el cielo se `pone histérico. A veces pienso que yo también era a modo de psiquiatra `para él. Cosas mías.
Digo que me contaba que a las mujeres (con perdón de las feministas que aquí no hay nada personal porque se puede aplicar a ellos también) cuando se hacen mayores o más mayores (nunca viejas) les da por tres cosas:
“Ir a misa, comer dulces o ir al médico y a fulanita (pongan el nombre que quieran, ponga el de quien quiera) le ha dado por ir al médico que es lo más caro”
! Ostras! (interjección puesta aquí para equilibrar un par de tacos o frases impropias de un juntaletras y menos de un profesor venido a jubilado por muy emérito que sea) he pasado de 1000palabras. Bueno como estamos supe confinados pues a leer. Mañana más…a lo mejor