DELEGADO DE PROTECCIÓN
Acaba de hornearse la Nueva Ley para la protección de la Infancia y uno de los aspectos que me fascinan, a bote pronto, es el papel del observador o delegado de protección. Un asesor más. La teta del Estado lo aguanta.
Un observador es el que puede , una vez asumido por todos los actores(padres, profesores, directores), informar de la conducta de alumnos, de padres, de profesores e incluso del responsable del colegio.
Su función consistirá en asegurar el adecuado funcionamiento de los protocolos de actuación frente a indicios de acoso escolar, ciberacoso, acoso sexual, violencia de género y cualquier otra forma de violencia.
Con la posible incorporación externa de ese personaje, hemos abierto- loado sea el Señor- una ventana a los camaradas que pueden haberse quedado colgados laboralmente.
El observador debe ser una figura clave que sirve como interprete de la conducta física y psíquica del observado y su rol parece ser vital para el buen cuidado de la normalidad ,mejor de la “nueva normalidad”. Una nueva normalidad hecha a golpe de decretos.
Además de un nicho de empleo nuevo y progresista, es obvio que el que sea nombrado debe aportar sentido común y conocimiento de la psicología de niños, adolescentes y debe saber compartir y comprender.
¿Tienen los partidos “banquillo” del que echar mano? Quizás no. Hay que formarlos. No se puede llegar sin la adecuada formación- otro nicho de trabajo se abre aquí -;adivino Masters de formación urgente a precios medianamente moderados al alza.
El trabajo es convencer y subordinar al conjunto observado para poder evaluar; evaluar supone que todos los observados encuentren justo el dictamen.
El riesgo es que el observador no es neutral, es la consecuencia de sus vivencias y de asumir las consignas que le hayan dado.
Veo al observador transitar por un camino hacia la gloria, hasta la cima, hasta convertirse en comisario político.
¿Qué supondrá para el observador un empujón en un patio de colegio? ¿Un grito de una madre porque el niño o el adolescente se ha olvidado de llevar en la mochila el almuerzo o el último libro, será punible?
Inauguramos un entrenamiento para comisarios políticos.