INEPTOS Y CODICIOSOS
Anoche lo vi claro.
En ese espacio físico y temporal que nos ofrece un cierto insomnio, una especie de región en claro oscuro, se dan, a veces, relámpagos de visión y aparecen señales. Me explico.
Todo este pandemónium relacionado con el desafortunado y mortal virus está siendo gestionado con fallos estrepitosos de gestión y de comunicación. Esos fallos algunos los emplean para intentar deteriorar la imagen pública, y algunas privadas, y nuestros dirigentes electos se crispan.
Lo hacen bien o mal según quien opine y de qué lado este. Derecho o izquierdo.
El ser elegido por cualquier sistema representativo que contemple los dos lados y que sea asumido por todos, no da la sabiduría, ni la inteligencia para el adecuado uso de los recursos públicos.
Creer a la derecha y vibrar con la izquierda no asegura, de momento, los conocimientos necesarios para gobernar, aunque los hechos pueden dar una imagen equivocada y pasa lo que pasa.
Aquí creo que se ha producido una entropía (Magnitud termodinámica que indica el grado de desorden molecular de un sistema) y que yo recupero como concepto informativo.
¿Y eso que tiene que ver con la ineptitud? Mucho.
Veamos,
Unos sujetos, llamados gobernantes, han alcanzado el poder mediante la fusión temporal de ideologías parecidas y una vez debidamente repartidas las prebendas, se han dado al disfrute, que supongo que genera, el poder mandar, mandar mucho y tener acceso a las arcas públicas de donde salen los dineros que sirven para pagar cierta cristalización de ideas, que otrora permanecían evidentes solo en los despachos y en la dialéctica de las organizaciones, sin más que algún gesto público para que la gente se enterase de su existencia.
Ya en posesión del mando empiezan a “caer” papeles en la mesa
que ampara decisiones, que necesitan ser entendidos y por desgracia aparece el virus que lo paraliza todo- una especie de respiro, sin embargo y por obra y gracia de la legislación se van fabricando decretos ley que facilitan lo que ellos suponen que es gobernar.
Y ahí viene el lío entrópico. No saben qué y cómo hacer con tanto papel y tanto lío. No tienen experiencia en la gestión