YA SE VERÁ
(Papel y digital)
Hace algún tiempo visité una mina que ya no estaba en explotación y permitía un paseo turístico por las galerías. Una asociación de mineros, digo que sería eso, había encontrado una forma de seguir explotando las entrañas de la que fue un bien carbonero.
La mina se llamaba o se seguirá llamando “Ya se verá” y se llamaba así porque la dueña de la ganga era viuda y cuando todos los del mundo minero quisieron comprar aduciendo que allí había además de carbón otros minerales, ella, siempre fiel a su llorado esposo, contestaba, como una salmodia, con un “ya se verá” que dura hasta hoy pese a la desaparición de la propietaria final.
Estos días cada jefe de algo, sobre todo políticos, se inventa un discurso, imitando al Rey, y nos coloca su punto de vista que coincide con el suyo y menos con los demás.
Nuestro vicepresidente Iglesias no iba a ser menos. Le reconozco la habilidad de haberse adelantado en el tiempo de haber iniciado su soliloquio antes de la Nochebuena, incluso antes que Papá Noel y casi al tiempo de Coca Cola, Nescafé y el Corte Inglés adelantados al tiempo atmosférico y al tiempo de los regalos. Nos ha regalado un discurso midiendo muy bien su tiempo. Ha cogido desprevenidos a sus fusionados.
Nuestro hombre se adelanta al Rey para tantear al personal. ¿Cómo lo tantea el que es vicepresidente en un Gobierno que se declara constitucionalmente monárquico? Hay una “trampita” y nosotros chupándonos el dedo gordo como los recién nacidos y el presidente de lado para que no derribe el aire. Es un alegato a sus militantes. Él piensa como en su momento Alfonso XIII. Acostarse monárquico y levantarse republicano.
O sea, con la sopa de almendras Viva el Rey y con el turrón Viva la Republica.
Este juego que se lleva de apuntarse el primero le gusta mucho y es seguro que le garantiza su futuro. Así podrá nadar y guardar la ropa y podrá seguir pagando su casa que dicen que está muy bien.
Entretanto el Sr. Sánchez degusta su estancia en La Moncloa. Creo que le ha cogido el tranquillo.