EL SENTIMENT
Podía haber dicho El Sentimiento en español, pero al hacerlo en valenciano creo aproximarme más al objeto de mi reflexión de este sábado, que tiene que ver con el futbol. Confieso que no soy miembro de ninguna peña y que hace muchos años no renové el pase que me regaló mi padre con ocasión de algunas buenas notas en el Bachiller. Entonces me sabía las alienaciones y jugaba en el suelo de mi casa con botones grandes partidos y uno de ellos era siempre “el valencia”.
Descubrí que alrededor del futbol se generaba una nube de mercantilismo que erosionó para siempre la afición-algunos de mis amigos y otros dirán que mi vocación de fan era muy superficial y eso lo admito, porque me pasa con otras fallidas ilusiones y no solo hablaría de política que también.
No ser aficionado no me hace estar alejado de las noticias que tienen que ver con este deporte y menos con la que otrora era mi club, de la misma forma me alegro cuando el otro club de la ciudad, el Levante remonta, da lecciones de entrega y deportividad y “sale” menos en los papeles como consecuencia de asuntos que involucran a las Instituciones, a los aficionados por no cumplir con las condiciones del contrato firmado.
El Sr. Lim vive en la hermosa y densa ciudad de Singapur- un poco más lejos que el campo de Paterna.
Nada de lo que contiene un documento llamado contrato, ha terminado por cumplirse. En la entrevista del presidente del Club y el de la Generalidad y en las declaraciones del alcalde se han destilado las palabras que parece que se refieren a incumplimiento, falta de concreción y compromiso si se quiere ir a una prolongación de las condiciones iniciales.
Parece obvio, a fecha de hoy, que las relaciones entre las instituciones de la ciudad- que nos representan a todos- y los socios mayoritarios se han enfriado o roto. Para “marear” la salsa aparece un señor, un emir procedente de Indonesia como posible nuevo gestor. Hemos descubierto una especie de mina de oro en Asia y allí el tener en propiedad algún club de futbol se debe haber puesto de moda, El dinero del petróleo