¿LA CLAVE ES EL PORCENTAJE?
Los medios llamados nacionales y algunos locales estallan en relación con el problema de la aplicación del idioma español (llamado por mucho castellano) como lengua vehicular de primer orden en la impartición de clases. Y eso que solo se habla de aplicar un 25% del tiempo, que es equivalente a unas seis y un poco más de tiempo semanal.
¿Y si fuera el 2, el 15, o el 60 % pasaría lo mismo?
Hay que preguntar a la Generalitat catalana y luego a la ministra y más tarde al presidente del Gobierno que sigue durmiendo en su nuevo colchón- ahora ya no tanto- de La Moncloa, si no les da vergüenza esa situación.
¿Por qué tardan tanto en proteger como es debido, con autoridad y firmeza ese despropósito clasista y pueblerino? Aprendan de Dwight David «Ike» Eisenhower el presidente USA que mandó a la Guardia nacional a acompañar a aquella niña de color negro para que entrara en la escuela. Se ve que era un presidente que los tenía bien puestos y sabía cumplir con la Constitución.
Aquí mucho hablar de progreso, pero el niño de 5 años está sufriendo y sus lagrimas de hoy serán mañana otra cosa. ¡Quién sabe qué?
¿Dónde pasa esto?
En concreto estos días en una localidad catalana, Canet de Mar, que acepta sin discriminación alguna a hablantes de otros países y también a usuarios del idioma que repudian para sus niños (pese a que se trata de una lengua hablada por más de 600 millones de personas).
Es tal la furia despertada por la sentencia que obliga a la aplicación del 25%, que algunos profesores se han sentido como el tambor del Bruch avisando de la marcha de los soldados franceses desde Barcelona a Lleida y Zaragoza.
Una especie de somatenes modernos azuzan, persiguen, hacen el vacío a las familias que tratan de que se cumpla la Ley. Una vergüenza nacional que un niño de 5 años sufra acoso escolar o como se llame ahora a hacerle el vacío, no invitándole a nada que tenga que ver con actividades infantiles en su colegio.
No discriminan, no repudian, no apedrean los hoteles, ni los campings, ni a la entrada de las tiendas, porque “la pela es la pela” y buenos son los dineros vengan de donde vengan y hablen el idioma que sea, aunque sea urdu (y digo urdu porque me parece una lengua difícil y que, además, permítanmelo, lo habla mi proveedor de fruta un tipo proveniente de una región asiática y que es aceptado por todos los del barrio sin menoscabo de su dignidad y sin ser objeto de persecución alguna)
Le he preguntado por su familia, la ve cada año dos meses, y si está a gusto aquí y sonríe y dice que sí; debe ser que nos aprecia, a lo mejor por eso se ha rebautizado con el nombre de Amor (que yo no creo que sea su original en urdu, y no lo sé porque, aunque he ido a consultarlo los caracteres, parecen árabes y yo de momento no estoy islamizado).
No gusta la crítica y para muestra un botón de mi última columna en Las Provincias. Siento citarme a mí mismo, pero…
“Al parecer algunos partidos políticos quieren amordazar a la prensa, sobre todo a aquella que creen que les es hostil. Les incomodan algunas preguntas destinadas a aclarar dudas o contradicciones.
Los responsables de comunicación del PSOE, Unidas Podemos y de los partidos socios del Gobierno han registrado un escrito para pedir a la Cámara que tome medidas para “restablecer el buen funcionamiento de las ruedas de prensa” firmando los responsables de los equipos de comunicación del PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, Junts, EH Bildu, BNG, CUP, Más País-Equo- Compromís, Nueva Canarias y PDeCAT.”
No tengo nada contra quienes desean profundizar en la historia y la lengua de su pueblo, e incluso para aquellos que lejos de ese territorio se adhieren al movimiento.
Sí tengo cuando se usan métodos barbaros propios de tribus. Rechazo esa violencia ejercida y siento pena por quienes apoyan esa estrategia sabiendo que el único interés tiene que ver con el número de votos con su posibilidad de seguir mamando de la teta estatal.
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