EXCESO DE TOCAMIENTOS

Leo entre otras noticias que la señora Montero- por el momento ministra de Igualdad- reclama mejor trato a las embarazadas en relación con que ella llama exceso de tocamientos vaginales por parte de los ginecólogos.

Lo leo en una publicación en la que aparece una señora Montero de pie embarazada y junto a ella su esposo el Sr. Iglesias sentado en la bancada ministerial, lo que hace suponer que la imagen no es de ahora ,ya que han tenido hermosos gemelos y el Sr. Iglesias sigue pontificando en su programa o donde puede.

Visto lo cual y a la vista de la antigüedad de lo gráfico y sabiendo que ha tenido su particular Gólgota con la judicatura – las salidas de ocho condenados, más de 100, en prisión por violencia sexual contra la que ella está- y yo también- permite establecer que ha habido un error estratégico por su parte.

Dadas las iniciativas de distinto signo y controvertida eficiencia, me pregunto cual será el próximo colectivo contra el que manifestarse.

¿Los medios de comunicación? Creo que ya se ha dicho algo por alguien del segundo nivel de paniaguados, paniaguadas y paniaguades.

¿Qué hará contra los filósofos, los aforistas y los floricultores?

Estos últimos todavía reciben encargos para y por antigua usanza destinada a llevar flores a su amadas o potenciales flirteos; es una antigua usanza y por tanto en peligro de ser decapitada (no el florestero sino las flores, entiéndase. No se me vaya a acusar de sedición, aunque yo solo soy uno de número y muy mío eso si…de momento).

Ruego a la Sra. ministra seleccione con más acierto y dedicación al estudio los colectivos a elegir. Ya que además de ser cajera dicen , y a mucha honra, de un supermercado, es psicóloga, dicen también.

Los ginecólogos hacen lo que pueden, digo yo.

De todas maneras y para que el Gobierno actual esté tranquilo yo no soy ginecólogo y mis tocamientos vaginales no son objeto de polémica alguna ya que mi provecta edad me los prohíbe;  si fuera el caso siempre me queda la pena excluyente de los resultados de la ley del “Si”, el psiquiatra y el antiguo cura de confesión bajo confesionario de madera que seguro que estará tanto o más sordo que yo. Él me perdonará y me eximirá de culpa y ni siquiera me condenará a un padrenuestro y tres avemarías , dado el estado de deterioro cognitivo que dicen que padezco.

Me voy a leer prensa extranjera. ¡Bon jour!.