NIÑAS, NIÑOS Y NIÑES, BIENVENIDOS
Hace unas fechas el alcalde de nuestra ciudad de Valencia se personó en cuerpo y alma en el edificio situado en los jardines de Monforte para dar la bienvenida ciudadana a un niño de dos meses con gran alegría de sus padres, y de su tío que tocaba al violín la melodía de la vida es bella.
El lugar elegido es hermoso. No es democrático, porque la alcaldía debería tener previsto un recorrido perimetral a la ciudad y a otros jardines, para que las gentes- llamadas ciudadanía- tuvieran la oportunidad más próxima y de paso ver a los padres, al alcalde y algún tío, como ha sido este primer caso, que tocase algún instrumento musical que amenizase la ceremonia iniciática.
Me llama la atención el nombre virtual de la ceremonia y quizás también la ceremonia en sí mismaEl bautismo es el primer sacramento del cristianismo, el cual se practica como un ritual de iniciación en todas las confesiones religiosas que siguen el mensaje de Jesucristo.
La palabra proviene del griego βαπτίζειν o “baptízein” que quiere decir ‘sumergir’.
¿Ha habido inmersión? ¿De qué pecados se libra el casi recién nacido? ¿Tiene algún privilegio frente al Ayuntamiento por haber sido acogido en brazos teóricos de la primera autoridad municipal? ¿Se evitará las colas en el futuro? ¿Serán indulgentes con él los miembros uniformados del tráfico ciudadano, a efectos de evitar las primeras multas por haber cruzado la raya prohibida de acceso al centro de la ciudad?
Estas cosas deben aclararse. ¿Ha recibido regalos? ¿Es solo un “invento” más para fijar la posición del consistorio frente a la Iglesia y de ahí que a la palabra virtual “bautizo” se le añadiese lo de civil para que se evidencie la separación iglesia-municipio.
Puede que lo que digo no haya sido así en este curioso acontecimiento que se dará, según el sr. alcalde los lunes. El próximo lunes iré a mirar. Quizás me dejen mirar.
La lista de espera se acumula y hasta después del verano los niños llevados allí por sus padres experimentarán, sin saberlo todavía, la experiencia sobrenatural, en esta época postpandemia, el dulce sabor de la espera; habrán entrado de lleno en el mundo de la cita previa.