No hace falta ser cofrade, ni siquiera católico para comprender que hay situaciones en las que debe imperar el silencio, el respeto hacia el otro. Leer esta noticia como un “sucedido” en la Semana santa Marinera de Valencia me ha dado que pensar acerca del comportamiento del ser humano cuando no se cumplen los deseos que nacen de la vanidad, digo yo.
La cosa acabó en Comisaria y en denuncias por insultos y amenazas y todo ello en el marco de un momento mágico como es el de que una multitud permanezca silenciosa ante una acontecimiento tradicional, sagrado para muchos como es el de la procesión. Para muchos puede no tener importancia pero para otros si y esa frontera es la que hay que no hay que traspasar. Se podría llamar respeto. ¿No?.
La cosa va a más. Una pena. Buenos días.
La discusión entre varios miembros del público, al parecer ex componentes de la corporación de Longinos y actuales miembros de este colectivo que estaban procesionando, terminó presuntamente con insultos y amenazas y, por un momento, se rompió la formación propia del Santo Entierro.
Respeto esa es la frontera del entendimiento. Más Buenos días.