Y dimitir para qué ¿para yo estar contento conmigo mismo, sentirme liberado, irme a casa y decir qué bien, cómo me imbuí de ética y de coherencia con todo lo que dije? No, lo que tengo que hacer es seguir”. Alarte dixit
Pues no haberlo dicho.No era obligatorio. Aquí no se va nadie.Atrás queda la dignidad del perdedor que asume, del aceptador de regalos, sobornos y otras lindezas y asi nos va. Lo tenemos mal. A lo mejor es que me he hecho viejo y he recuperado un cierto codigo de honor. Aquí lo divertido es poner a parir al otro y además hacer de ello una base creativa para vender más, por ejemplo. ¿Y si el problema está en la escuela desde primaria hasta la Universidad que adobado con la TV nos “fabrica” un personal que no hay por donde cogerlo? Cuando alguien, y debe haber más de lo que a mi me parece, me dice que tiene a su hija estudiando en Suecia o que está haciendo un master en ,,,me asombra y me alegra. Vuelvo a creer.Buenos días.