No estoy de acuerdo con Salazar, por ejemplo. Él dice que tiene el corazón partido entre lo católico y lo futbolístico. Me refiero a la calificación de ‘ingeniosa’ de una campaña difundida por el Valencia CF para incitar a la renovación de los pases y que tiene su base creativa en el uso del rito católico en sus expresiones más sagradas para los creyentes. Aunque se haya retirado.
Cáliz, altar, sacerdotes, confesionario, monaguillos, todo para conseguir unos pases para un Valencia que por mucho que nos empeñemos no deja de ser una sociedad privada.
¿Se ha abierto la veda? No.
No hemos topado con la Iglesia amigo Sancho, digo yo. Solo con un columnista liberal. Respeto máximo al otro
El hacer un uso distinto de la raíz de las creencias de muchas personas me parece un acto de falta de sensibilidad y el que el presidente de ese club lo haya aceptado me sugiere una falta cuyo precio podría ser el contrario al objetivo buscado.
Muchos aficionados al futbol y forofos del Valencia podrán encontrar coartadas, explicaciones razonables e incluso muchos dirán que soy un meapilas de tres al cuarto. Lo niego.
El uso de la filosofía de Marx, por ejemplo, el uso indiscriminado hasta el forzamiento de la igualdad de género, la simple repetición de unos dibujos que aludían al Islam produjo y produce rechazos, manifestaciones, amenazas y todo un rosario de diatribas para aquellos que han osado hacer mofa y befa del asunto. ¿Y aquí qué?
Imaginemos que todos nosotros fuéramos conscientes de la inutilidad ética, conductual de los valores que son aceptados por la mayor parte del respetable y que como consecuencia jugáramos a la burla constante.
Imaginemos que la Iglesia respondiera con una contra campaña en plan mostrando a Soldado o a algún miembro de la directiva en uso del WC y diciendo «No hagas como este porque la cagas. Vuelve a nosotros».
O una falla o una paella, una horchata-símbolos de la terreta- maltratados en plan pepino. ¿Qué? ¿Se atreve usted a asumir las iras? Provocar no es gracioso, ni democrático. Buenos días.