Steve Jobs tenía una personalidad repleta de claroscuros. Basta con leer su biografía, (‘Steve Jobs’. de Walter Isaacson) Un tipo capaz de no agradecer jamás que sus padres adoptivos se dejaran la piel por llevarlo a la Universidad, la gran promesa que hicieron a sus padres biológicos. Un tipo capaz de comportamientos tan radicales y ligados a su extremo vegetarianismo, como alimentarse durante una semana SOLO a base de cereales (una caja le duraba ¡siete días!) o de hacer una dieta únicamente compuesta por manzanas. Pero al mismo tiempo, un tipo capaz de ser uno de los grandes genios de nuestro tiempo, responsable de levantar junto a Wozniak en su garaje de Palo Alto el gigante que hoy es Apple, con tiempo suficiente para fundar una delicia como es Pixar, con visión para revolucionar (y resucitar) la moribunda industria musical y discográfica con un lugar como iTunes.
Y su criatura, Apple, no podía ser menos. Una empresa repleta de claroscuros. Una firma capaz de facturar 46.000 millones el año pasado, la friolera de un 62% que en 2010. Y con la que está cayendo… Una empresa capaz de embelesar al mundo, a Europa y a España. Sobre todo a España… En ningún otro país de Europa se venden más iPads que aquí. Sin embargo, la ‘niña mimada’ de Jobs, el iPhone, ese símbolo de la distinción tecnológica tan exhibida hoy en día, sigue teniendo un rival duro de pelar en los móviles con sistema operativo Android, todavía líderes del mercado de telefonía móvil.
Una empresa capaz de lo mejor y, según ha circulado estos días, también de lo peor… La denuncias de empleados de Apple explotados casi como esclavos en factorías de China se han multiplicado de un tiempo a esta parte. Apple lo niega y publica extensos informes en los que culpa de cualquier cosa oscura a sus proveedores y publicita estrictos códidos de legalidad y derechos que hacen seguir a sus empresas proveedoras. O publicitan a los cuatro vientos que son una de las empresas más verdes. En cuanto a poca contaminación, se entiende…
Pero entonces surgen Lai Xiaodong. O como Zhao Sheng. Algunos de los ciudadanos chinos que trabajan en Chegndu, en el sudoeste del gigante asiático, una especie de Némesis de la tecnología, el Olimpo del que salen más cachivaches tecnológicos de Apple, IBM, Dell, Nokia o Sony por minuto de todo el planeta. Y aunque los chinos no acostumbran a denunciar estas cosas (no va con su cultura), ellos dicen que en algunas fábricas de las que salen los iPads de medio mundo se trabaja siete días a la semana, pasando tantas horas de pie que uno acaba con las piernas hinchadas, cobrando 22 dólares diarios (mucho más que otros compatriotas), durmiendo en cuartos en las propias fábricas con un colchón, una mesa y un armario como todo mobiliario, de flexiones como castigo por falta de productividad, faenando encorvados en factorías en las que cuelgan carteles mucho más que claros….
Trabaja duro en tu puesto hoy o trabaja duro mañana para encontrar otro.
Hace un año, una letal denuncia inundó internet. Una docena de trabajadores de Foxconn, uno de los proveedores más potentes de Apple en China, se suicidaron en un plazo de pocos meses. La firma de Cupertino habló de grotesco montaje. Pero la denuncia ahí sigue, con videos por todos lados de la red…
Está claro que el nivel de preciosismo, manejabilidad, diseño y elegancia de Apple ha alcanzado unas cotas quizás insuperables en lo que a tecnología se refiere. Pero si Steve Jobs levantara la cabeza, seguramente no le gustaría el supuesto panorama de explotación de algunas fábricas en China…
O sí?