>

Blogs

Arturo Checa

Chips & Tuits

Las tetas de la princesa

Escándalo mundial. Colapso en las redes para poder ver el video. Cómo no, el tema alzado a las perennes glorias de los altares del Trending Topic en Twitter. Escalofrío entre incómodo y risueño en las familias reales europeas. Miles y miles de retuiteos en la red del pajarito azulón. Me refiero al video que aparece aquí abajo, el de los libidinosos segundos durante los que el marido de la presidenta de Finlandia, Pentti Arajärvi,  se deleita con el escote de su compañera de mesa. Ni ella es una cualquiera ni el lugar es un bar casposo de tapas y tintorro: las tetas objeto del deseo del caliente Pentti son las de la princesa Mary de Dinamarca y el escenario, una cena oficial en Dinamarca.

Hasta aquí todo bien. La noticia perfecta para el eco de las redes sociales, la jugosa combinación de sexo y altas esferas. Hasta que llegó la vuelta a la tortilla. El video resulta ser un ‘fake’, un montaje del canal danés TV2 con el que pretendían gastar una broma a la ministra de Economía danesa durante una visita a un programa de variedades. Aquí lo contamos en lasprovincias.es Y yo me pregunto ahora… ¿Cuántos bulos difundiremos dejándonos llevar por la ‘retuititis’? ¿Cuántas noticias falsas que jamás son desmentidas extenderemos por el limbo virtual de internet por el simple, sencillo y automático hecho de hacer ‘clic’ en el botón de RT? No hace mucho ya ocurrió: una poética foto de la bautizada como #Primaveravalenciana en la que un ‘estudiante’ se oponía a un policía con un libro como simple arma. Yo mismo la difundí. Luego resultó ser otro bulo más, otra trampa de los amantes de la manipulación que se escudan en el jugoso caldo de cultivo de la ‘retuititis’… Por cierto, que los mismos que la ‘colaron’ han debido eliminarla ahora. No queda ni rastro de ella en la red. Los delincuentes siempre intentan borrar sus huellas, pero ya lo dice la policía: no existen los crímenes perfectos, sino las investigaciones incompletas.

Ejemplos de bulos difundidos como noticias a través de internet los hay a patadas. Que se lo digan a Emilio Botín, muerto por obra y arte de Twitter. Hasta Carmen Lomana lanzó el pésame a través de su perfil. Aunque tampoco es que la Lomana sea un ejemplo de credibilidad e información veraz. Acabáramos… A Fidel Castro lo hemos ‘matado’ ya más veces que vidas tiene un gato. Ni el rocoso Jackie Chan ha soportado las embestidas de los bulos tuiteros. Superviviente a decenas de caídas, con más huesos remendados en su cuerpo que cicatrices ha marcado el Zorro y acostumbrado a mil y un batacazos mortales para cualquiera, el pequeño y matón chino no pudo sobrevivir en Twitter. Su muerte corrió como la pólvora por la red. Y él, hasta tuvo que mandar una foto, una prueba de vida como si fuera un secuestrado, para convencer a todos de aquello de que “una mentira no se convierte en verdad por ser repetida muchas veces”, de que el pequeño Chan seguía vivo.

Más nos valdría reflexionar unos segundos a la hora de colaborar en esta desinformación. Seguimos viendo Twitter o cualesquiera red social como una reunión acodados a la barra de un bar, una charla de amiguetes o una tertulia casera. Pero aquí hablamos de INFORMACIÓN, así con mayúsculas, periodismo (este con minúsculas) en cierto modo. Y aquí es donde surge el peligro de eso tan de moda hoy en día, con tantos vértices beneficiosos y a la vez con una punta tremendamente perniciosa: el manido “periodismo ciudadano”. No niego que sea algo con efectos positivos y beneficioso para el derecho a la información: pero el Periodismo (este con mayúsculas) es un oficio, una dedicación con título y que debe ejercerse con responsabilidad. No existe el periodismo de barra de bar ni de tertulia junto a los fogones de casa. Y cuidadín con el periodismo aquejado de ‘retuititis’…




Por Arturo Checa

Sobre el autor


abril 2025
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930