La semana pasada, un simple tuit desató una tormenta…
Aunque fue mucho más que “un simple tuit”. Junto al escurridizo mensaje en Twitter, del cuartel general de Interior en Madrid salió una nota de prensa difundida a los cuatro vientos para todos los medios de España. En apenas unos minutos llegaba otro correo anulando “a todos los efectos” la nota, y el tuit desaparecía de la cuenta del Ministerio del Interior sin dejar ni rastro. Pero el mal ya estaba hecho: el mensaje por la red social se hizo público cuando la Guardia Civil ni siquiera había iniciado el operativo y los sospechosos tuvieron tiempo para limpiar ordenadores, vaciar discos duros y eliminar numerosas pruebas.
Las consecuencias, como siempre, para los de ‘abajo’. Lo acaban pagando los soldados. La dimisión del jefe del departamento de Comunicación de Interior ha sido la única que se ha producido tras el garrafal error. Una tónica que se repite demasiado a menudo en España. La intocable cúpula, la imposibilidad de que nadie de los arriba acabe reconociendo responsabilidades y asumiéndolas. Porque, ¿alguien se cree que el jefe de prensa de todo un ministerio, así de ‘motu propio’, vaya a informar en Twitter y a través de nota de prensa de una importante operación contra ETA sin que NADIE de arriba le de luz verde y le ordene la difusión? No, ni ‘jarto’ de vino lo creo. Si alguien lo cree, bienvenidos a ‘Los mundos de Yupi’…
Pero dejaré aquí el tema político o del concepto de la ética de la peña. Para tratar ese tema no habría espacio suficiente ni en un disco duro de terabytes. Nos ceñiremos a otra cuestión. Al hecho de que Twitter lo carga el diablo. La brutal metida de pata de Interior con la operación contra ETA es sólo uno de los ejemplos que demuestran esta afirmación. Una prueba de que a veces vamos demasiado rápido con los dedos y los 140 caracteres.
Hace no mucho hubo otro ‘resbalón’ cuanto menos curioso a nivel policial y en Valencia. Aunque en este caso, totalmente consciente por parte del cuerpo de seguridad, según aseguraron. Fue este tuit.
Esta tarde a partir de las 17:30 control por #campañaalcoholemia en Ausiás March. Insistimos en prevención. pic.twitter.com/fCX4zrOabk
— PolicíaLocalValencia (@policialocalvlc) diciembre 10, 2013
¿En qué cabeza cabe alertar del sitio y hora de un control de alcoholemia? Yo no acabo de verle el sentido, a pesar de que desde la Policía Local señalaron luego que su única intención era la de “prevenir y concienciar”, no recaudar. Loable, pero no lo pillo… Como tampoco algunos de los que ironizaron con el tuit…
.@policialocalvlc ieee, però no aviseu! Que sinó els borratxos aniran per un altre carrer 🙁 #NoAlsBorratxos #SiBebesNoConduzcas
— Enric Capoll (@enrikap) diciembre 10, 2013
@ArtCheca De paso podían avisar a los peatones que los borrachos al volante irán por la calle paralela
— Alex Dominguez (@alexalicante) diciembre 10, 2013
Eso sí: por ver el lado bueno de Twitter a nivel policial, que también lo tiene y mucho. O si no, basta con recordar una reciente operación policial contra el narcotráfico que fue posible gracias a las denuncias realizadas en esta red social y que sirvieron para incautar casi 300 kilos de cocaína.
Pero sigamos con las ‘pifias’ administrativas en Twitter. Miren ahora esta foto:
¿Se imaginan a Mariano Rajoy siguiendo una cuenta de Twitter de una ‘casa de chicas de moral distraída’, por decirlo de una manera fina? Pues algo así pasó en Inglaterra. Allí, muy dados los tabloides a sacar chismes de faldas con políticos de por medio, se armó la de San Quintín cuando se supo a finales del año pasado que el primer ministro David Cameron seguía a una página de ‘escorts’, o sea prostitutas de lujo. Finalmente se supo que fue una simple trampa de los ‘duendes’ de la red, al tener el mandatario su perfil configurado para seguir automáticamente a todo aquel que se convirtiera en ‘follower’ suyo. Por suerte aún no le sigue Justin Bieber… 🙂
A veces, Twitter también sorprende gratamente. La Miss Universo 2013, venezolana, como no, demostró que el silogismo de “guapa, ergo tonta” tiene muy poco de cierto. O si no, vean los tuits con los que se desmarcó María Gabriela Isler hace algún tiempo. Directos al ojo del huracán…
El diputado valenciano Toni Cantó ha sido uno de los más proclives a caer en este tipo de errores. Aunque de un tiempo a esta parte anda más comedido. De los errores se aprende, y obviamente el político valenciano se ha dado cuenta de que en Twitter no es oro todo que reluce (ni mucho menos) y el tremendo peligro de la ‘retuititis’ y el acabar cayendo en el pozo de los bulos. Eso es lo que le sucedió al hacerse eco como algo propio de un infundio que circulaba sobre denuncias falsas de malos tratos. Le honra que luego acabó pidiendo disculpas…
Al diputado de Canarias Sigfrid Soria directamente se le fue la cabeza. Tanto que no tardó en convertirse en ‘ex’…
Y bueno, la lista podría ser absolutamente infinita. Pero acabaremos con una conclusión positiva. Con una moraleja. A pesar de que Twitter lo carga el diablo, sus bonanzas siguen siendo mayores. Se ha demostrado hoy mismo, cuando la Policía Nacional ha utilizado su tremendo poder de difusión en la red social del microblogging (por algo es el segundo cuerpo policial más seguido del mundo, con 700.000 followers, sólo por detrás del FBI) para pedir colaboración ciudadana. Nada menos que para localizar a un fulano que asesinó a un taxista en Salamanca. Un desalmado en busca y captura colgado en Twitter, un cartel de ‘Wanted’ planetario. Quédense con su cara y tengan cuidado ahí fuera…
#WANTED Buscamos a este asesino, José Manuel García, 24 años. AVÍSANOS a fugitivos@policia.es o al teléfono 915822516 pic.twitter.com/yBLIKssxy6
— Policía Nacional (@policia) enero 14, 2014