Más de 70 golfistas se reúnen en el Club El Bosque en un torneo organizado por Farmamundi
Mucho viento pero encantados de haber participado en este torneo solidario». Esta fue la frase más repetida por los 73 golfistas que participaron ayer, en el Club El Bosque (Chiva), en el I Torneo de Golf Solidario organizado por la ONGD valenciana Farmamundi, especializada en la promoción de la salud integral y la asistencia inmediata a víctimas de catástrofes y crisis humanitarias.
La jornada comenzaba bien temprano, a las 8.30 horas. Después de un buen almuerzo, los jugadores se ponían su equipo y la visera (uno de los complementos más utilizado entre las mujeres, ya que la mayoría de los hombres se decantaron más por las gorras), y cogían sus palos dispuestos a hacer unos cuantos hoyos contra la pobreza.
Quien no sepa de qué va esto del golf, que sepa que se puede jugar la cabeza o cualquier otra parte del cuerpo. ¿Y por qué?, se preguntarán. Pues porque durante un torneo uno no puede ir por donde se le antoje (regla de oro que nunca se me olvidará). El green, ni pisarlo, «¡las pelotas hacen un poco de daño!», me avisa entre risas uno de los participantes del torneo.
Rodeada de un césped completamente verde, de muchos palos, carritos de golf, pelotas y banderines, me dirijo hasta el stand de Farmamundi. Allí me reciben Paloma Pérez, Carolina Martínez, Aurora Canós y Casin Trullenque, esta última delegada de la organización en la Comunitat.
Se trata del primer torneo que realizan y todos los que participan son jugadores solidarios que les ayudarán a recaudar dinero para poderlo destinar a los proyectos sanitarios que la organización mantiene en Iberoamérica y África.
Fueron muchos los que allí se reunieron. Entre los participantes asistieron Laura Trullenque, Lola Soler y Olga Ros, que se mostraron muy contentas, algo que se pudo notar también entre el resto de golfistas como Simón Fajardo Mir y Vicente Muñoz Carrera, que se alzó con uno de los premios a los mejores jugadores de la jornada. Luis Vicente Mateu, socio del club, se quejó del viento que hacía, algo de lo que se lamentaron la mayoría, y Andrea Hoffmann incluso recalcó con una sonrisa de oreja a oreja; «me ha ido peor que nunca». Y es que, aunque no se haya jugado bien, lo que importaba era ayudar.
Después del torneo llegó la hora de pasar al ágape, un momento en el que se juntaron todos los participantes para recibir su premio. Empanadas, tortillas, platos de arroz, bebidas… Todo era poco para poner el broche de oro a la velada. Rodeados de mesas con comida estaban tamién María José Maset, Marcos García Cuenca, Juan de Dios Pérez, María Pilar Badenes, María Dolores Navarro, José María Vega Menéndez, así como representantes de Generfarma o José Luis Daroqui, presidente de la ONGD, entre otros. Algunos de ellos, los que quedaron en mejor posición, fueron obsequiados con trofeos, entradas para acudir al teatro e incluso un crucero para disfrutar en pareja. Pero los ganadores fueron todos, desde el primero hasta el último, por haber ofrecido su pequeño aporte solidario.