El valenciano Armando Serra da una vuelta de tuerca a las míticas figuras  de Velázquez

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En la madrugada de ayer, mientras hacía cola en la calle Colón para comprarme un Lanvin, pensaba que en esta vida hay  muchas combinaciones perfectas. Por ejemplo, para mí no hay nada mejor que escuchar cómo llueve desde el sofá de mi casa, tomarme mis galletas preferidas con un poco de helado de chocolate o ponerme mi capa de ‘Sherlock Holmes’ (como la definen los que me conocen) con mis jeans y mi camisa blanca. Pero, a partir de ahora, hay una otra fusión para añadir a mi lista: Las Meninas y los 600.

Sí, han leído bien.  Y si no se lo creen, no tienen más que pasarse por la calle Cirilo Amorós, 6. Allí, el valenciano Armando Serra acaba de inaugurar una nueva exposición; ‘Andando, en bicicleta y en 600… La guinda’.

A través de ella, Armando fusiona a la perfección Las Meninas de Velázquez, con la ciudad de Valencia y con el Seat 600 que, al igual que él, este año cumple 60 primaveras.

Entrar en la galería es como introducirse en el mundo de Velázquez, y más si se acompaña con buena música, como sucedió ayer. Rodeada de Meninas sucumbo en la necesidad de llevarme una a casa. ¡Quiero una Menina! A la inauguración acudieron amigos del artista para mostrarle su apoyo, como su hermano, Sigfrido Serra; su esposa, Elvira Carles y su sobrino, Sigfrido Serra Tamarit. También se acercaron Marifina Vendrell, en representación de las procesiones de Algemesí; el ex concejal  de Fiestas Santiago Cercillo; el empresario Carlos Mataix, así como la profesora Montse Solé y los doctores Riquelme y Yayá.

Lo que más me llamó la atención fue el 600, prestado por José Ramón Valle, de Automociones Valle y personalizado por el modisto José Martínez Polit. Y viendo lo bien que se le da la customización estuve pensando en proponerle que diseñase una Menina vestida de Lanvin. Pero no lo hice por temor a que me tomase por loca.

Como locas por los modelos de Lanvin

Y es que locas estábamos todas las que desde las 5 de la madrugada de ayer esperamos pacientemente en el H&M de la calle Colón para adquirir uno de los modelos que el diseñador Lanvin ha preparado para la firma H&M, y que se agotaron en menos de dos horas.

Las nuevas prendas femeninas salían ayer al mercado y se esfumaron en un visto y no visto.  Largas colas esperaban para hacerse con algún accesorio, zapato o vestido. ¿Quién dijo crisis?