La vinoteca Vins Km 0 reúne a amantes de los caldos y de la música
Por qué no aprovechamos más tiempo de nuestra vida en disfrutar de una copa de vino mientras se escucha buena música? Hay pocos placeres como ése, créanme.
Además de ser beneficioso para el organismo, siempre y cuando se haga con moderación, es una práctica que ayuda a cualquiera a relajarse y reflexionar. Y me he dado cuenta de que es algo que no sólo pienso yo. Desde Vins Km 0, vinoteca y sala de catas, apoyan mi teoría.
Ayer, la citada tienda se vistió de fiesta. El objetivo, organizar una cata maridada en la que los buenos caldos se combinaron con la melodía del cello de ArneNecklemann y el piano de Mark Reichow. Y como no hay fiesta que se me resista, ni evento al que no me apunte, allí llegué yo, dispuesta a probar el KientzCremantd’Alsacebrut, unKünstlerHölleRieslingKabinett, un CarandelleMaremma Toscana 2008 y un Montecastro 2006. Y no sabría con cuál de ellos quedarme. Es como cuando te preguntan: «¿Quieres más a papá o a mamá?».
Los anfitriones de la fiesta fueron Norbert Korsmeier y Daniel Monsonís, gerentes de Vins KM 0. Agradecidos y emocionados todos, comenzó la cata bajo la melodía de las partituras de Fauré, Schumann, Boccherini y Ginastera.
Llegado el momento de reconocer al gentío, les puedo decir que por allí estaban invitados, entre otros, Mari Llusar, del restaurante Plaer de Ma Vida miembro de la Asociación valenciana de Sumillers; Mariló Giner, vicepresidenta de la asociación valenciana de sumillers; Betrand Maurizier, sumiller, y el blogger gastronómico Paco Palanca.
Y de joyas de bodega y reserva a otras valencianas, las del prestigioso maestro Vicente Gracia, que se exhiben prácticamente por todo el mundo. En concreto se trata de dos brazaletes elaborados con oro, brillantes, zafiros, esmeraldas y rubís. Uno de ellos, se subastó el pasado mes de octubre en Dubay, superando todas las expectativas, por mediación de la prestigiosa casa de Subastas Christie’s.
El segundo, se puede contemplar en otro de los templos internacionales del lujo, la exclusiva tienda Barneys, en Madison Avenue de Nueva York. Los joyeros valencianos están de enhorabuena. Y las que amamos las joyas, también.