El restaurante Bimbi acoge la quinta edición de los premios ‘La Gran Vía de La Gran Vía’
Siempre es de agradecer que a uno le reconozcan su trabajo, y más aún que por ello le den un premio. No sé qué es lo que se debe sentir, y aunque imagino que por el cuerpo debe de entrar un cosquilleo y una alegría difícil de explicar, no volveré a casa sin descubrirlo. Debe de ser algo que no tiene precio, como rezaba aquel famoso anuncio.
Ese fue el único pensamiento que tuve ayer por la tarde, mientras me dirigía con mi coche hacia el restaurante Bimbi, en la Gran Vía Marqués del Turia.
Y por qué, pensarán. Porque, por quinto año consecutivo la revista ‘La Gran Vía de La Gran Vía’ otorgaba allí sus premios, según me comentó su directora Elvira Carles Vento, a varias «personas e instituciones que por su labor, día a día, son un ejemplo a seguir debido a su entrega y dedicación a esta zona del Ensanche».
Para tal evento, el local se vistió de gala, al igual que los invitados. Aquello no tenía nada que envidiarle a la alfombra roja de los Oscar ni a la verde de los Goya. Era algo más nuestro, de la tierra.
A la entrada, y echando un vistazo, encontré, además de a Elvira, a su marido, el pintor valenciano Armando Serra.
Con ellos estuve unos minutos de distendida conversación, hablando de arte y otras cosas. Pero sin perder de vista a todos los que entraban.
Los más elegantes e imagino los más nerviosos, por lo que pude ver en algunos rostros, los premiados. Este año, acudieron a por su galardón Juan Morote, en representación de la Universidad Católica San Vicente Mártir; el presidente de la Federación de Folklore de la Comunitat Valenciana Manuel Camarasa Navalón; el concejal Alfonso Novo; Vicente Barrera, que en esta ocasión no pudo acudir a recoger el premio y lo hizo, en su nombre, su padre; los periodistas de LAS PROVINCIAS Pablo Salazar y Paco Moreno y de Televisión Popular Quique Collado y a la empresaria Isabel Higón Latorre. Pero la cosa no acabó aquí. Les siguieron el oftalmólogo Andrés Riquelme, el empresario Carlos Mataix, el reverendo José Emilio Ferrando y la Falla Maestro Gozalbo-Conde Altea, entre otros.
En definitiva, una noche en la que los premios se quedaron en casa.