El príncipe Felipe preside la cena de Armadores rodeado de representantes de la Armada
Era de noche y el viento hacía que los cabos golpearan de forma incesante los mástiles de los veleros dando lugar a una música celestial que me recordó a la de centenares de campanillas. Mientras disfrutaba del sonido, me deleité cinco minutos paseando por el pantalán central del Real Club Náutico de Valencia.
A mi derecha, barcos; a mi izquierda, más barcos y, frente a mí, en el embarcadero de la base de regatas, una gran carpa blanca que sobresalía por las alturas. Ese fue mi nuevo destino, la cena de armadores que allí tuvo lugar con motivo del XIII Trofeo S.M. La Reina. Pero no fue fácil llegar a ella; tuve que subirme a un barco que me cruzó de punta a punta y, aunque el viaje sólo duró unos segundos, a mi cuerpo todavía le sobró tiempo para marearse. ¡Qué le vamos a hacer, no estoy hecha para surcar los mares!
Ya con los pies en la tierra, y sobre una larga alfombra azul, me dirigí hasta el recinto. Esta vez, fue como acudir a la premiere de la película ‘Oficial y Caballero’, de Richard Gere; los más altos cargos de la Armada Española se reunirían con el príncipe Felipe y demás invitados de la sociedad valenciana en una cena de las de postín, de película, con su mantelería blanca, impoluta, sus flores y sus velas.
Aunque a la prensa no nos dejaron acercarnos más allá de la línea imaginaria que teníamos marcada en el suelo, pude distinguir algunas personalidades, las primeras en llegar.
Las que más me llamaron la atención, por aquello de la película, fueron algunos almirantes vestidos totalmente de blanco, elegantes, con el uniforme tropical. ¡Sí señor, el uniforme tropical!. No me pregunten el porqué del nombre. Yo estuve dándole vueltas y vueltas durante toda la noche y no llegué a ninguna conclusión. En este sector de invitados acudieron el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Manuel Rebollo; el almirante jefe de Acción Logística, Manuel Otero; el almirante de Acción Marítima, Francisco Javier Franco y el almirante en la reserva Juan Carlos Muñoz Delgado.
A continuación, y continuando con el listado, estuvieron también en la cena gente del Real Club Náutico. Acudieron tanto el presidente como el ex presidente, Manuel Pons y Manel Casanova, respectivamente, así como toda la junta directiva.
Y en el grupo de los rostros conocidos de la sociedad valenciana y tripulaciones participantes de las regatas, entre otros, se presentaron Salvador Chulià, director del conservatorio José Iturbi; José María de Belda, marqués del Valle del Turia; el arquitecto Antonio Escario; Luis Gómez Artés, ex presidente del Club de Tenis de Valencia; José Martínez, presidente de la Federación de Vela de la Comunitat, Michel Grin, ex director de la Bodega Torre Oria; Francesco Leo, presidente del Green Comm Racing y Pedro Campos, armador del Movistar y presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo.
El último en llegar a la cena fue el príncipe Felipe que, también vestido con el uniforme tropical, saludó a todos los almirantes que le esperaban en formación a la entrada a la carpa y a la prensa que le esperábamos fuera. En este último caso fue un saludo corto, segundos antes de entrar en la cena. Pero bueno, no todos los días a una le saluda un príncipe de los de verdad. El resto de invitados, que lo esperaron dentro, lo recibieron en pie y con un caluroso aplauso.
Y hasta aquí les puedo contar el ilustrar. De la cena, ofrecida por Gourmet Catering Valencia, no se pudieron tomar fotos, pero sólo les diré que, en el menú, pudimos tomar terrina de setas y frutos secos; humus con taina y ensalada fresca, medallones de solomillo ibérico con salsa de asado y flor de sal y trufas. ¡Delicioso!.