Hacerse un hueco entre la gente resultaba complicado, algo que me permitió darme cuenta de la importancia de la cita a la que había sido invitada. Me llegó de las manos del Cónsul Honorario de Francia en Valencia y Castellón, Pablo Broseta Dupré: tenía que acudir al Umbracle, donde celebrarían la festividad del 14 de julio.
Junto a mí, al edificio de Calatrava acudieron también miles de familias francesas, así como una amplia representación de invitados procedentes del ámbito institucional, empresarial y cultural.
La fiesta comenzó con unos premios que este año el Consulado entregó a empresas que han destacado por su trabajo durante este 2013. Fueron distinguidas la financiera Morabanc (acudió Carles Sasplugas, director general) «por su transparencia e innovación»; la empresa Serunion (representada por Jessica Palacio, responsable de explotación), «por su trabajo desde hace 30 años en el cuidado de la alimentación de las personas de todas las edades»; y a Citroën-Ugartesa (con la presencia de Manuel Comitre, director comercial), «por su apuesta tecnológica reconocida con diversos premios en China, Reino Unido y Alemania». Además, se distinguió al Umbracle (estuvo presente Carlos Jaen, director de l’Umbracle y Mya), como anfitriona del evento, y al doctor Ricardo Salom «por sus 20 años de vinculación con la Agencia Consular de Francia en Valencia». Al acto, que contó con la interpretación de La Marsellesa, el Himno Nacional, y con un concierto de la cantante Eva Dénia, acudieron, entre otros, los cónsules de Panamá, Rolando Reina; Mónaco, Francisca Juliá-Iborra; Perú, Loudes Hizeck; Países Bajos, Eric Nolte y Estados Unidos, David Nordlund; la delegada de la Cámara Franco-Española de Comercio e Industria, Anne Marie Prade o los coroneles de la base de la OTAN francés, alemán, americano y portugués como Marc Glinec; Steinhert; Stankewicz y Raúl Gonzalves Passos, respectivamente.