Juana Roig  reúne a buena parte de la sociedad  valenciana en su proclamación como Fallera Mayor de Convento

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Probablemente, para Juana Roig Herrero la tarde de ayer fue una de las mejores de su vida. O por lo menos, una de las que más tardará en borrar de su memoria.

En primer lugar porque, cerca de las nueve de la noche, dio comienzo su presentación en sociedad como Fallera Mayor de una de las comisiones con mayor tradición y premios de la ciudad, la de Convento Jerusalén-Matemático Marzal. En segundo, porque hasta el Alameda Palace, lugar en el que tuvo lugar el evento, acudieron centenares de personas para mostrarle todo su apoyo y darle un caluroso abrazo.

Y yo, como no podía ser menos, también me dejé caer  por allí. Eso sí, previsora como siempre, no olvidé poner mi paquete de pañuelos en el bolsillo, dado que soy de lágrima fácil y me emociono con cualquier cosa. Aunque la historia no vaya conmigo.

Los que saben de fallas entenderán como son estos actos. Cuando uno acude a una presentación, y más si es familiar o conocido del protagonista en cuestión, es muy difícil no acabar haciendo pucheros, cual bebé reclamando su ración de comida.

Logré ponerme en buen lugar, asesorada por algunos de los que forman parte de la gran familia de Convento Jerusalén, y conseguí ser testigo privilegiado de todo lo que allí ocurrió. ¡Qué no fue poco, ya verán!

Si hay algo que me llamó la atención fue la entrada de la sala, que se decoró con una gran alfombra con antorchas. Al lado, un tabalet y una dolçaina amenizaron la fría noche. Todo ello,  y la prontitud con la que comenzaron a llegar algunos de los invitados. Aunque, el momento más esperado no tardó mucho. La llegada de la nueva Fallera Mayor se llevó todos los aplausos de la sala.

Juana apareció radiante, acompañada de Jesús Barrachina, su presidente. Anteriormente, desfilaron su madre, Hortensia Herrero, y  su padre, Juan Roig, presidente de Mercadona. Y aunque no haga falta describir el momento, ya se podrán imaginar las caras de satisfacción y orgullo que tenían ambos. Algo difícil de esconder, como así fue.

La joven lucía un bellísimo traje en color beige, tejido a mano por Marta de Diego, y un espectacular aderezo de Antonio Romero en oro, plata y brillantes.

A partir de este momento comencé a tragar saliva. Estuve contenida durante toda la noche, pero la emoción me pudo justo en el momento en el que los tres entraron por la puerta.  Y es que, un mosaico fotográfico, con los mejores momentos de Juana como fallera, desde niña hasta la actualidad, dejaron al respetable sin aliento.

Su madre, Hortensia, fue la culpable de que se me pusiera el vello de punta. Ella se encargó de prepararle a su hija esta sorpresa a modo de homenaje.

La sorpresa dio luz verde al encuentro. Fue como cuando uno enciende la mecha de una traca. Aplausos y más aplausos, besos y más besos. Centenares de muestras de cariño de todos los allí presentes, que no se pudieron contener.

Además de la familia Roig, que estaba prácticamente al completo (allí pudimos ver también a los hermanos de Juan, Fernando, Paco, Trini y Amparo), uno de los que no podía fallar era Jesús Bonet. Muy elegante, tal y como mandaba la ocasión, el que fuera presidente de la Falla La Bicicleta el mismo año que Juana fue Fallera Mayor Infantil de dicha comisión, era el mantenedor de la gala. Y ya se podrán imaginar las emociones que surgieron.

Jesús, con una entereza que me sorprendió y sin titubear un segundo, una vez comenzado el acto, destacó su más sincero agradecimiento a la comisión y en especial a Juana, por elegirle como mantenedor. A continuación, los elogios hacia ella no tardaron en aparecer: Joven de mirada y sonrisa cautivadora, bella, especial, alegre, sensata, responsable… Y así hasta un larguísimo etcétera.

De lo que no hay duda, es de que la comisión apoyó a Juana al completo. Empezando por su Fallera Elena Miralles Bordils y el presidente infantil, Ramón Aznar García y  por su presidente, Jesús Barrachina, así como la Fallera Mayor Saliente, Sofía Mora i Soriano. Y acabando por cada uno de todas y todos los que forman parte de la corte.

Perfectamente vestidos, pude encontrar a empresarios como la familia Sáez Merino, la familia Bordils-Girona,  los Boluda, así como al ex presidente de la Cámara de Comercio Arturo Virosque.

También a la presidenta del Palau de la Música, Mayrén Beneyto; el senador del PP, Pedro Agramunt; Manuel Llorente, presidente del Valencia Club de Fútbol; José Vicente  Solá y  Paco  Raga, presidente del Valencia Basket Club y el director general, respectivamente; la actriz valenciana María Fernanda d’Ocón; el artista fallero Pedro Santaeulalia que acudió junto a su mujer Begoña García; Francisco Pons, presidente de AVE; Manuel Palma, presidente de la escuela de negocios EDEM y de automóviles Palma o Federico Félix,  presidente de Fedacova y Pro Ave, entre otros.

En fin, una representación de lo más granado de nuestra sociedad.