La moda pijihippie llena de color y originalidad las tiendas de Valencia
Vintage, retro, sport o casual. Si a una ya le costaba saber en cuál de estos grupos encajaba por su forma de vestir, ahora apunten otro más, el hippie chic o pijihippie, es decir, hippie pero arreglado.
Según cuentan los entendidos en esto de la moda, 2011, concretamente en primavera y verano, será el año de los toques étnicos, los vestidos floreados, de las faldas largas, de los brazaletes, collares y cinturones. ¡Paz y amor, colega! Pero siempre con estilo. Y así lo han dejado patente, con sus colecciones, grandes del hilo y la aguja.
Pasear por las tiendas se ha convertido en una confirmación de todo ello: Lo hippie y lo étnico se lleva y ha entrado con fuerza. Así que, preparen sus sandalias y sus colgantes de colores y déjense persuadir por el estilo Duquesa de Alba. ¿Quién mejor que ella para ser imagen de la mujer hippie-chic del momento?
Aquí, en Valencia, marcas como Almatrichi, Soya, Niza, Yokana o Flamenco son un fiel reflejo de aquello que va a llegar. De hecho, esta última es una de las firmas preferidas por doña Cayetana, según me comentan Pamela Bort y Beatriz García, de la tienda que esta marca tiene en la calle Sorní, 22.
«Y también de doña Letizia y las infantas. A una de ellas, a Sofía, se le tuvo que enviar a Madrid, desde esta tienda, un vestidito de niña, a juego con el de su hermana».
Las tiendas especializadas en este tipo de moda se extienden por toda la ciudad. En la calle San Vicente Mártir, a la altura del 140, está Fromia. Al entrar por la puerta me recibe M.ª José Regües, la dueña. En petit comité me confiesa que la gente busca cosas diferentes. Que ya están hartas, sobre todo las mujeres, de vestir todas iguales. ¡Cuánta razón tiene!
Entre sus perchas, vestidos camiseros llenos de bordados y mucho color. Algo que también me confirman M.ª Jesús Aguilar y M.ª José Díaz. Ambas regentan, en la calle Cirilo Amorós, 43, Ricardo Valls, un local lleno de prendas en el que el patchword y las asimetrías ponen el punto «divertido y alegre».
En aquel establecimiento tuve un flechazo. Fue con un abrigo de flores bordadas que colgada de un maniquí. Una pasada para llevar con unos vaqueros.
También surgió el amor con varias prendas en Ópera Prima, en la misma Cirilo Amorós, pero en el número 17. Pau Bataller fue el encargado de ponerme al día: «A esta tienda acuden funcionarias y abogadas, entre otras, que buscan llevar un toque de color a la oficina e ir elegantes».
Los cuellos mao, los bordados hindús y el corte tipo sari son los protagonistas en este tipo de moda.
Y por último, mi recorrido concluyó en Yokana tienda ubicada en la calle Conde Salvatierra, y de la que han sido imagen, entre otros, Rosario Flores. De allí salí con un espíritu renovado. Su toque cultural me llegó al alma.