El mundo del deporte, la moda y la empresa se dan cita en la tradicional cena de la fundación
Un año más, la fundación Asindown celebró su tradicional cena benéfica en la que se entregaron sus premios solidarios. Fue en el hotel Sorolla Palace de Valencia, donde amigos y colaboradores no quisieron, en esta nueva edición, dejar de apoyar a esta fundación para que pueda seguir trabajando por las personas con síndrome de Down.
Fueron muchos los que se acercaron hasta allí. Gente del mundo del deporte, la cultura, la investigación o la moda, entre otros, se dieron la mano para mostrar todo su aliento. A la velada acudieron M.ª Vicenta Mestre, vicerrectora de ordenación académica de la Universitat de València; Celeste Asensi, directora de la unidad de integración de personas con discapacidad de la Universitat de València; José Manuel Pichel, director territorial de la Fundación ONCE en la Comunitat; Vicente Gil y Jordi Bruixola, consejero del Valencia C.F. y director de relaciones externas del equipo, respectivamente; Quico Catalán, presidente del Levante U.D. y Fran Tochena, presidente del Gremio Artesano de Sastres y Modistas de la Comunitat,entre otros. Además, miembros de la empresa S.A.V Agricultores de la Vega; miembros de Gasmedi; representantes del Colegio de Farmacéuticos de Valencia y muchos más.
Durante la cena, la presidenta de la fundación, Pilar Gadea, entregó los premios solidarios, que en esta VIII edición recayeron en Alcampo Aldaia- Alboraya y Edicom, premios que recogieron Jaime Monfort, José Manuel Alonso y Vicente Vilata, representantes de las empresas premiadas.
Los magos Óscar Lozano, Richar Yuste y Nuel Galán, y una rifa con regalos donados por más de treinta colaboradores, pusieron el broche de oro a la noche.
Las joyas de Blanca Fitera
Blanca Fitera me dió la bienvenida en su salón (con un delicioso y sutil olor a chocolate que me hizo sentir como en el paraíso). Con una copa de cava ví las nuevas piezas que la diseñadora ha elaborado para este verano, así como sus tocados para novia. Collares babero y broches de colores, extravagantes y personales, me deleitaron. Piezas únicas y pequeñas obras de arte elaboradas con cristales preciosos, piezas vintage, fornituras artesanales y traídas de viajes y anticuarios de todo el mundo. Amigas de Blanca no quisieron perder la oportunidad de conocer sus nuevas creaciones. Allí pudimos tocar y probar al gusto.