El decano del Colegio Notarial de Valencia, responde a mi post El timo del “firmado ante notario”
El lunes de la semana pasada llegó un correo bastante interesante a mi cuenta del periódico, era Francis, trabajadora del equipo de comunicación del Consejo General del Notariado. En el mensaje afirmaba que mi post El timo del “firmado ante notario” había impactado a los notarios del Consejo, “las opiniones son libres y los hechos sagrados y es cierto que tú mezclas en tu post ambas cosas”, apuntaba. Me instó a tomar un café con César Belda, decano del Colegio Notarial de Valencia, tal y como luego pude comprobar “es un gran conversador y una persona muy agradable y cercana”, defendía.
Le contesté el correo al día siguiente, no lo había visto antes porque esa semana me encontraba de vacaciones. Le di mi teléfono y a las dos horas me llamó. He de reconocer que aunque en el correo Francis ya me advertía que el decano no quería ningún tipo de rectificación, estaba bastante expectante. Charlamos y concretamos la cita para el lunes siguiente. César me propuso tres lugares, la cafetería Capuccino, Pan-pan o la cafetería del Astoria. No suelo frecuentar el centro, apenas conozco un sitio donde tomar tranquilamente un café y conversar, pero al menos sabía localizar el Hotel Astoria, así que me decanté por esa opción.
Acostumbro a ser exageradamente previsora en estos casos, llegué a la cita casi 45 minutos antes, informal pero arreglada, ‘casual’ como se dice ahora. César fue más que puntual, apareció por la entrada del hotel cinco minutos antes de que tocaran las 10 de la mañana y sin corbata.
Nunca le había visto en persona, me aseguré de que se pareciese a las fotografías y le dije “¿eres César?”, “¿y tú Beatriz?”, me contestó, nos saludamos con dos besos y me dirigió al final de la cafetería junto a la ventana. “Aquí podremos hablar tranquilos”, me aseguró con una sonrisa y nos acomodamos.
Foto Las Provincias
“Me ha gustado mucho tu post, lo haces con humor, yo me lo he pasado bien leyéndolo”, pero añadió “en los medios todo lo que se ha publicado sobre los notarios es cierto, pero no se ha publicado toda la verdad”. En ese momento me decidí a preguntarle si podía publicar en el blog lo que hablásemos, pensé que podía ser bastante interesante atender a su punto de vista, sus críticas o matices sobre mi post. “Claro que sí”, me dijo sin dudarlo, saqué la grabadora (que ya tenía preparada por si la ocasión acompañaba) y seguimos hablando. “Ha habido años en los que la situación era buena, había mucho trabajo y las notarías estaban dimensionadas para poder abarcarlo, pero la sociedad no ha percibido la cantidad de trabajo que tenemos que hacer”, se refería a la ácida declaración que hacía en el post sobre el frenesí de la caja registradora. Sin duda no son buenos tiempos para nadie, “dos terceras partes de las notarías han tenido que hacer un ERE y cada vez son más frecuentes las jubilaciones anticipadas, a los notarios no les compensa seguir trabajando si pueden jubilarse”, afirmó.
P: Tal y como digo en el post las actas políticas lo único que hacen es recoger las declaraciones que una persona quiera hacer sobre hechos pasados, presentes o futuros.
R: Si un político dice ante un notario algo tengo la obligación de recogerlo, yo doy valor a lo que se dice, pero el notario no puede hacer que se cumpla ese pacto. Una declaración ante notario añade valor de certidumbre porque cualquier persona puede solicitar una copia de esa acta y acreditar que lo declarado no se ha cumplido.
P: En la entrevista que concedió la semana pasada Rafael Bonmatí (decano del Colegio de Abogados de Valencia) a Europa Press afirmaba que la justicia es para los políticos “un mal necesario” que les interesa “bastante poco”.
R: Nosotros debemos estar alejados de la política, ser elementos neutrales, la política no desprecia la justicia, le tiene miedo y hace bien en tenerle miedo. Aquello a lo que le tienes miedo te causa respeto.
P: ¿Es a lo único a lo que la política le puede tener miedo?
R: La justicia es lo que nos hace dormir tranquilos. Los políticos no tienen con la justicia la misma fluidez que con la sanidad o con la educación porque éstas sí dependen del político. La justicia depende en cuanto a presupuesto pero no en cuanto a institución o, al menos, no del todo y gracias a eso estamos en un Estado de Derecho.
Por segunda vez le hablo de usted e insta a que no lo haga “si me vuelves a llamar de usted me levanto y me voy, que no soy tan mayor” y ríe. Opta por tratarme a mí de usted, pero rápidamente le digo que por favor me tutee, “así estamos los dos en el mismo rollo”, me dice.
P: La ley respecto a las actas de publicidad permite al notario negarse a intervenir cuando considere que pueden llevar a confusión, ¿las actas políticas no llevan a confusión al ciudadano igual que las publicitarias?
R: Hay que ver la parte negativa ¿si no existieran estaríamos mejor?, creo que la gente se confundiría igual. Si tenemos un elemento de agarre mejor que si no lo tenemos, pero yo no puedo obligar a que se cumplan.
P: Para mí eso es utilizar la figura del notario.
R: Nosotros intentamos que no se nos utilice. Debemos estar alejados de la política porque la política es debate y nosotros estamos para aportar elementos de conocimiento, no para entrar en debates y toda esa información que tenemos debe estar a disposición de los ciudadanos.
Mientras se acerca el camarero me asegura que le preocupa “que la gente reconozca bien la función de los notarios”. Pide un cortado. “Hay tanta información que la gente tiene muy poca en realidad”. Me muestra una carpeta naranja, es un informe del centro de información del notariado Ancert realizado el pasado 20 de febrero de 2015. Tiene un pequeño cubo dibujado con bolígrafo azul en la cubierta y las letras están pintadas con bolígrafo, como si durante una larga conversación telefónica hubiese sido lo único que tenía a mano para entretenerse. Me resulta curioso, alguna vez he escuchado que las personas que dibujan cubos por aburrimiento son personas metódicas y organizadas. “Todo este conocimiento los políticos deberían tenerlo en cuenta a la hora de preparar los programas electorales”, dice mientras deja en mi lado de la mesa la carpeta.
P: ¿Cuándo se acerca el notario a un político?
R: Nosotros participamos en las elecciones para que se cumpla la legalidad, no estamos con ellos si ganan, pero estamos detrás para que si pasa algo podamos levantar acta. Por lo demás, cuanto más alejados de la política mejor será para todos.
P: Como ciudadana tengo la sensación de que la gente no conoce bien vuestra función.
R: Tienes razón, creo que la gente no llega a percibir bien nuestra función y en eso gran parte de la responsabilidad ha sido nuestra. Desde hace relativamente poco nos hemos dado cuenta de que aunque nosotros creamos que somos útiles la gente no nos entiende. Si en América no hay notarios y en Inglaterra tampoco y no les va mal, la gente puede preguntarse “¿para qué queremos aquí notarios? A ver si estos señores no me están resolviendo el problema sino que me lo están creando”.
P: Es un sistema muy diferente
R: No nos hemos preocupado de hacerle entender a los ciudadanos que si un país no tiene notarías es porque cuenta con un sistema de justicia muy ágil y bien dotado. Los juicios no se pueden eternizar, aquí tenemos un sistema letrado muy bueno, pero que descarga la creación del documento en esos funcionarios (los notarios) y gracias a ello el nivel de pleitos surgidos de la contratación civil se reduce y mucho. Si el 70% de los abogados que hay en el mundo está en Estados Unidos por algo será. [ríe]
P: ¿Podéis hacer que la ciudadanía lo entienda?
R: Cuando se firma una escritura a todo el mundo le derivan obligaciones y hay mucho trabajo detrás que la gente no ve. Nosotros lo presentamos al catastro y hacemos cuantas tareas haya que realizar. Además documentamos toda la información, lo que no era de recibo era que hace unos años toda esa información acabara en el mar. Algunos notarios durante mucho tiempo se han creído que hacían milagros, porque yo cuando tengo delante una escritura antes de firmarla es una cosa y después es otra ¿no me digas que eso no puede parecer un milagro?
P: Como apunto en el post, lo que tocáis se eleva a documento público como si fuera a las puertas de San Pedro
R: Nuestra función no es hacer milagros. Nosotros estamos para proporcionar información y todo eso tiene que salir del trabajo del notario. Con todas esas estadísticas podemos saber , por ejemplo, qué nacionalidades compran más agrupadas que otras, cuáles compran más caro y quiénes venden más. Los bielorrusos compran a mucho precio, pero compran muy poco.
P: Con toda esa información, ¿crees que está mejorando la situación?
R: Poco a poco sí. En términos generales, el precio de la vivienda sigue bajando, pero ya hay zonas en las que va repuntando, por ejemplo en la zona de enfrente de Viveros está subiendo el precio.
P: ¿En la notaría os piden consejo sobre el precio?
R: Cuando vienen a la notaría ya lo tienen todo claro, sólo vienen a firmar. Además, no puedo dar información de una calle concreta porque si ahí sólo se han vendido dos pisos esa información es privada, pero si puedo ofrecer datos globales, por ejemplo, Benimaclet es una de las zonas que mejor funciona.
César Belda, que renovó en el cargo por cuatro años en noviembre de 2012, fue quien encabezó la única candidatura. En la actualidad, es miembro de la Comisión Permanente del Consejo General del Notariado y Consejero Delegado de la Agencia Notarial de Certificación (Ancert). “Mi problema es que aún no sé cómo salí de decano sólo por 7 votos”, afirma riendo.
P: Muchos chanchullos pasan por los ojos de un notario ¿no?
R: Lo que la ciudadanía no sabe es que existe un tratamiento de la información y si se comete un delito se puede demostrar. La situación no es invulnerable, pero seguiremos siendo necesarios siempre que seamos capaces de acabar con las patologías o de minorar los efectos de éstas. Yo creo que tu post iba por ahí “no pierdan ustedes la confianza en los notarios” y además en el fondo decías “no malgasten ustedes el capital de confianza que tienen” ¿no es así?
P: Según las encuestas, los ciudadanos han perdido la confianza en algunos profesionales como en los políticos y los periodistas.
R: Yo creo que los periodistas están bien valorados, el problema es que hay periodistas que están devaluando la figura del periodistas serio, pero hay que tener en cuenta que la gente demanda cosas como Sálvame y Tómbola y esos periodistas también cumplen su papel. Nosotros tenemos en el Consejo comidas con periodistas y te aseguro que son las más divertidas e interesantes y me he dado cuenta que la mejor forma de recibir buena información es hablando tranquilamente con ellos. Por el contrario, cuando quedo a comer con un político puedo prever lo que me va a contestar.
P: Volviendo al tema de los notarios, ¿qué pasa con el intercambio de dinero negro que el notario no ve?
R: El dinero negro ha desaparecido del mercado inmobiliario y si hay es muy poco. La presión fiscal está surtiendo efecto, la gente le pone más precio para evitar que luego le llegue la carta de Hacienda con el impuesto. Las Consellerias aplican un coeficiente de precio que en ocasiones no se ajusta con la realidad porque la vivienda está estropeada o porque tiene humedades, por eso es importante nuestra función. Antes de venderlo puede ir el notario y levantar acta del estado en el que se encuentra el inmueble, fotografiar cualquier tipo de anomalía. Así, cuando llega la revisión de Hacienda, si ese piso se ha reformado, puedes aportar los documentos notariales como prueba y evitar las sanciones.
P: ¿Antes sí que había dinero negro en las notarías?
R: El dinero negro nunca se ha dado realmente en la notaría, el escándalo se daba en el pase, cuando el vendedor firmaba por 100.000€ y se daba el pase por 150.000€ , el que vendía realmente no sabía por cuánto estaba vendiendo. Además, si con el dinero negro te estafaban, que ha habido casos, no podías hacer nada porque no estaba escriturado.
P: ¿No os sentís policías?
R: Nosotros no podemos hacer cosas que sabemos que son ilegales, por ejemplo en el sorteo ante notario para que así sea debe presenciarlo un notario y que le den todas las actas para que las publique. Nosotros contamos con toda la información que hay detrás de los actos y si me la pide un juez tengo que dársela, y gracias a nosotros se pueden demostrar los fraudes; pero realmente el notario no sabe, ni debe saber, para qué le pide un juez toda esa documentación.
P: ¿Y qué hacéis con los prejuicios?
R: A veces viene gente a la notaría pensando que me chupo el dedo y está muy claro que algo no es correcto, contamos con indicativos de riesgo, pero en otras ocasiones funciona mejor el sexto sentido. Incluso hay casos en los que tienes que firmar, porque no puedes negarte a la autorización del documento, y gracias a eso luego puedes demostrar que se ha cometido un delito dando parte al organismo competente.
P: ¿Algún caso?
R: Hay muchos casos, pero por ejemplo antes era muy común constituir sociedades para solicitar las ayudas y luego desaparecía la empresa. Hubo un caso de una cocinera que constituyó 12 sociedades en 12 notarías distintas y gracias a toda la información que compartimos los notarios se pudo hacer visible el fraude. Nosotros tenemos que ser capaces de detectarlos, aunque lógicamente el notario no sabe más de lo que debe saber. No me parece mal que le den un toque a un notario si no notifica un riesgo. Y así, millones de historias.
P: Te dará para escribir un libro
R: Yo me lo paso muy bien en mi trabajo, hay escenas curiosas, por ejemplo una vez una mujer vino a la notaría porque quería separarse, me trajo el testamento de su marido y me preguntó ”¿qué pone aquí que le deja a la querida?” Antiguamente, como las copias eran muy caras, los testamentos para los cónyuges se redactaban sólo una vez y a pie de página se ponía “el testamento de la esposa está redactado en términos análogos”. En este caso la palabra “análogos” había quedado partida justamente en “ana” y en la línea inferior quedaba “logos”, le tuve que decir que Ana Logos no era el nombre de la querida. Algún día cuando tenga tiempo escribiré un libro.
“Llámame para todo lo que necesites, cuenta conmigo”, me dice mientras mira la factura de su cortado y mi café con leche. Me da su número de teléfono y su correo electrónico. “Miro el correo cada cinco minutos, ese es mi problema, estoy enganchado”. Al mirar el reloj me doy cuenta que ha pasado hora y media desde que entré en esa cafetería. Antes de despedirnos se disculpa por no poder acercarme a donde quiera que vaya, “voy en moto desde que nací, al salir del hospital ya iba en el sidecar con mi madre”.
Foto Las Provincias
Con estas líneas no pretendo cerrar la cuestión, sólo se trata de una exposición de ideas. Si se encuentra en esta situación acuda a un buen abogado y recuerde que siempre es mejor un mal acuerdo que un buen pleito.
Para sugerencias, quejas o recomendaciones puede escribirme a bzuniga@lasprovincias.es