Ahora que ya ha pasado la Selectividad y que los pajarillos cantan, para muchos ha llegado el momento más difícil de su trayectoria estudiantil, decidir la carrera universitaria que quieren cursar. Estamos en periodo de preinscripción y elegir entre los 54 grados y 5 dobles titulaciones que ofrece por ejemplo la Universitat de València, no es tarea fácil y mucho menos cuando ya pasó la edad en la que tenías claro que querías ser astronauta, Premio Nobel de Medicina por descubrir la vacuna contra el SIDA o agente del FBI. Ahora toca ser realista y arriesgar.
En este post no encontrarás legislación, referencias a la normativa vigente o a las reformas venideras, es un texto que parte de las numerosas preguntas que me han hecho algunos compañeros de trabajo y amigos sobre la carrera de Derecho ante la insistencia de sus hijos de estudiarla. Como no me gusta repetir las cosas veinte veces, me he visto obligada a publicar estas 15 recomendaciones para todos los padres cuyos hijos quieran embarcarse en la ardua tarea de ser juristas:
1 Cegato es poco. En cuestión de escasos meses el pequeño universitario es muy probable que necesite gafas, los códigos con tamaño de letra al cuerpo 6 están pensados para personas con vista ultrasónica, y lo dice una que lleva anteojos desde hace algunos años. Igual las editoriales podrían plantearse sustituir el CD que algunos libros incorporan por una lupa, sería mucho más útil.
2 Pedante. El primer año pensará que lo sabe todo, se referirá a la Constitución Española como la “Carta Magna”, te explicará que su libertad (la de salir los sábados) como individuo que es, supone un derecho fundamental que no puedes mermar y que la policía realmente no tiene auctoritas sino potestas.
3 Pero tranqui, se le pasará en tercer curso cuando descubra todos los tipos de contratos y sus particularidades, ahí seguro que no se atreve a enumerarte las características de la capacidad de los elementos personales de cada uno de los acuerdos. No obstante, siempre quedará algo de su naturaleza derechil (de Derecho, que no de derechas), no pienses que dejará de corregirte cuando mentes indistintamente el asesinato y el homicidio.
4 Creerás que a cada año repite curso, pero no, es que existe Civil I, Civil II, Civil III y Civil IV; Procesal I, II y III; Penal I y II y así casi todas las asignaturas, mismo nombre, distinto número.
5 Respecto al punto anterior no pienses que por ello supondrá un sustancial ahorro en libros, porque por San Juan irán al baúl de los recuerdos. Los manuales, que son bastante caros todo sea dicho, no sirven de año en año. Y ¿qué decir de la legislación? Odiarás a los Ministros de Justicia por encima de todas las cosas, una reforma suya supondrá un desembolso para ti, sin ir más lejos todos los que estudiamos Derecho ya tenemos el actual Código Penal puesto en la pata que cojea de la mesa del salón.
6 Ni se te ocurra pensar que solucionará tus problemas, ¿dejarías que un estudiante de Medicina que está en segundo de carrera procediese a extirparte el apéndice? Pues ídem de lo mismo, hay millones de abogados profesionales que estarán encantados de ayudarte por unos escasos honorarios.
7 Empleará más tiempo en estudiar la matrícula que los exámenes, si es capaz de acoplar los horarios sin que se le solapen dos asignaturas y teniendo en cuenta que hay grupos desde la A a la W ya será merecedor tus elogios y felicitaciones, no esperes a dárselos cuando apruebe Procesal Civil porque igual pasan unos cuantos lustros.
8 Será tremendamente hábil, conseguirá superar exámenes orales, escritos, de desarrollo, de preguntas cortas, tipo test que restan y que no, ante tribunal, en un despacho o ante toda su clase. Lo triste es que para cuando consiga entender la fórmula de calificación de los test ya estará en cuarto curso donde la mayoría de las pruebas son de tipo práctico.
9 Pero además de astuto será ingenuo porque creerá que con el Código Civil se come el mundo, pero tiempo al tiempo. No le prestes demasiada atención, ya descubrirá que existen 2.000 leyes especiales que también deberás comprar y que trastocarán todo su saber. Entre bellas artes y Derecho no sabría decirte cuál de las dos carreras te va a salir más cara, así que de perdidos al río.
10 Las Matrículas de Honor podrían suponer un sustancial alivio en tu ahogada economía, por cada una que saque al año siguiente será una asignatura gratis y todo ello sin necesidad de obtener una tarjeta de puntos family ni nada parecido. Pero me entristece enormemente confirmarte que estas calificaciones excepcionales son escasas, tanto que algún director de cine podría hacer la versión “El Señor de las Matrículas”, seguro que sería un éxito rotundo entre los futuros juristas.
11 Sabrá más de números que uno de Económicas, pero el 11 dejará de ser un número primo para ser = a “la nacionalidad española se adquiere, se conserva y se pierde de acuerdo con lo establecido por la ley” en su versión Constitucional y “las formas y solemnidades de los contratos, testamentos y demás actos jurídicos se regirán por la ley del país en que se otorguen” en la Civil.
12 No te extrañes si empieza a hablar en latín, no hace falta que busques a un especialista en exorcismos, porque lo único que le habrá poseído será la sabiduría. Te dirá cosas como “no puedes castigarme sin salir y dejarme sin paga por un mismo hecho, es el principio non bis in idem de toda la vida”. O, ¿tú sabes si he sido yo el que se ha dejado la fregada sin hacer? In dubio pro reo”. Aunque también te podrá soltar perlas como “esta pizza es mía porque prior tempore potior iure”.
13 Sacará punta a todas tus frases, te dirá que eso no es un robo, es un hurto, que aquello no es una denuncia sino una demanda, y que el plazo no caduca, prescribe. Ni caso, es la edad.
14 Pero obviamente no todo es pernicioso o negativo, también hay muchas cosas buenas, por algo una servidora estudia Derecho. Después de Periodismo, a mi modo de ver, es de las mejores carreras que existen, con infinitas salidas laborales y la mayoría no pasan ni por hacer una oposición ni por ser abogado, aunque todavía no lo sepas.
15 Por último, sólo te deseo paciencia y mucha suerte, cualquier duda siempre puedes escribirme, total estoy aburrida de explicar siempre lo mismo cuando me preguntan si hay que estudiar tanto como dicen, a lo que siempre respondo “hay que estudiar, pero mucho más comprender”.
Non bis in idem: es un principio por el cual una persona no puede ser castigada ni enjuiciada dos veces por el mismo hecho.
In dubio pro reo: en caso de duda se favorecerá al acusado.
Prior tempore potior iure: el anterior en el tiempo goza de prioridad en el Derecho.
Con estas líneas no pretendo cerrar la cuestión, sólo se trata de una exposición de ideas. Si se encuentra en esta situación acuda a un buen abogado y recuerde que siempre es mejor un mal acuerdo que un buen pleito.
Para sugerencias, quejas o recomendaciones puede escribirme a bzuniga@lasprovincias.es