“Será difícil la intervención, lo sé, porque los políticos no tienen costumbre
de llevar el cerebro puesto”
Doctor House
Entre anuncio y anuncio de reformas de la ley del aborto el ministro Gallardón ha encontrado tiempo para probar profesionalmente en el mundo de la interpretación. En su gusto por viajar al pasado ha aceptado el reto de transformarse en Isaac Albéniz en la nueva película de Garci, ‘Holmes & Watson’, que se estrena este viernes, 7 de septiembre.
No necesitó barbas postizas ni atrezzo Clint Eastwood para intervenir la semana pasada en la Convención Republicana e improvisar una ocurrente charla con un invisible Barack Obama. El coqueteo entre política y espectáculo viene de largo, lo cual invita a reflexionar sobre los puntos en común que ambas profesiones mantienen. Y es que, seamos sinceros, ¿cuántas veces hemos visto a políticos realizar actuaciones dignas de un Oscar y otras tantas merecedoras de un Razzie?
Muchos son los dirigentes que han decidido aceptar pequeños papeles ficticios con el fin de acercarse al gran público y mostrar su faceta más divertida. Y muchas han sido las series que han invitado a políticos a que recreasen por unas horas personajes diversos.
Muy populares fueron las apariciones del ex presidente de EE. UU. Gerald Ford y del ex secretario de Estado Henry Kissinger en ‘Dinastía’ interpretando a miembros del consejo de administración de la Twenty Century Fox en una fiesta en la que saludaban al todopoderoso Blake Carrington. Nixon no tuvo reparo en participar en el show de humor ‘Laugh in’, el senador Gary Hart se dejó caer por el bar de ‘Cheers’ y Michelle Obama quiso agradecer a las familias de los militares por su sacrificio patriótico participando en la serie infantil ‘I Carly’. Los gobernantes americanos son conscientes de los réditos que este tipo de apariciones les proporcionan. Sabiendo esto, en 2011 en plena campaña electoral, George W. Bush intentó participar en la influyente ‘El ala oeste de la Casa Blanca’. No lo consiguió.
En España la práctica no es tan habitual. Los mandatarios siguen temiendo que estos cameos malogren su imagen. Pese a esta máxima ha habido excepciones notables en la televisión nacional. Una de las más recordadas fue la del actual presidente Mariano Rajoy, cuando era ministro de Educación y Cultura, en la serie ‘Jacinto Durante representante’ compartiendo plano con Juan Luis Galiardo. No optó al Goya por aquel papel, desde luego.
La legendaria ‘Siete vidas’ fue la más proclive a la hora de incorporar a sus tramas colaboraciones políticas. Alfonso Guerra, Javier Arenas o Carod Rovira, entre otros, dieron vida a profesores universitarios de Sole, el personaje que interpretaba Amparo Baró.
La serie de Telecinco se empeñó siempre en convencer a todo tipo de dirigentes para que compartiesen plano con Sole, Paco o Carlota. Y cuando no lo conseguían no se rendían. Si los protagonistas no aceptaban el reto se invitaba a sus réplicas. Fue así como Aznar y Zapatero pasaron por la popular telecomedia.
No siempre son los gobernantes los que quieren aparecer en la pequeña pantalla. A veces el salto es justo el opuesto. Los intérpretes aprovechan su popularidad para hacer carrera política. El caso más conocido en España es el de Toni Cantó. El que en ‘Siete vidas’ fue un joven que despierta después de dieciocho años en coma es ahora diputado del Congreso por UPyD. La actriz Carla Antonelli, que participó en ‘El síndrome de Ulises‘ o ‘El comisario‘, también decidió dejar de lado los guiones por un tiempo y aceptar el acta de diputada de la Asamblea de Madrid por el Partido Socialista.
En Estados Unidos el actor de ‘Ley y orden’ Fred Thompson llegó a ser senador por Tennessee y aspiró a la presidencia del país en 2008. El doctor Lawrence de ‘House‘ (Kal Penn) abandonó su papel para incorporarse al gabinete de Obama. El popular Arnold (Gary Coleman) fue candidato a gobernador de California, pero se retiró cuando se presentó el también actor Arnold Schwarzenegger, al que apoyó.
Reagan llegó a ser presidente americano años tras haber participado en series de éxito como ‘Death Valley Days’ o ‘Caravana’ y Clint Eastwood, antes de apoyar a Romney, logró la alcaldía de Carmel (su localidad natal), tiempo después de debutar en la pequeña pantalla con títulos como ‘Patrulla de tráfico’, ‘Maverick’ o Rawhide’.
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