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Mikel Labastida

El síndrome de Darrin

Regreso a Melrose Place 20 años después

“Una gran inversión, unos grandes amigos. Sí, creo que me va a encantar vivir aquí”

Amanda Woodward

 

 

Lo malo no es que nos hagamos mayores sino que algunos se empeñen en recordárnoslo. Qué falta hacía que alguien nos dijese que han pasado 20 años desde que veíamos a los vecinos del edificio de ‘Melrose Place‘ salidos y liándose los unos con los otros por todas las esquinas, dejándose las uñas en la piscina y no precisamente en bañador, o poniendo bombas como quien tira un petardo. El reparto de la popular serie de los noventa se ha reunido, por obra y gracia de la revista Entertainment Weekly, para recordarnos que el tiempo pasa y que ya no somos unos niños. Pues ya estamos enterados.

A la reunión asistieron prácticamente todos los actores principales, aunque se echó de menos a Michael Mancini, el cándido médico que fue convirtiéndose, a medida que el guión lo requería, en un ser maquiavélico sin escrúpulos. No faltó la dulce Alison ni su enamorado Billy Campbell; la pérfida Amanda Woodward, que acabó como dueña del edificio, o la desquiciada Kimberly Shaw, que comenzó como un personaje secundario y terminó propiciando algunos de los momentos más célebres de la serie en las siete temporadas que duró.

Como el de su resurrección. A la amante del doctor Mancini se la suponía muerta, pero no. No estaba muerta, estaba de parranda. Ella reapareció aparentemente sin secuelas. Aunque nada más lejos de la realidad. Bajo su cabellera escondía una horrible cicatriz causada por el accidente de coche que conducía borracho el médico. Verla quitarse la peluca fue casi más impactante que descubrir que Diana comía ratones en ‘V‘.

 

 

Pero Kimberly guardaba artillería pesada. Tras regresar del más allá se encargaba de realizar toda clase de tropelías a los vecinos a los que ella consideraba culpables de su amarga existencia. Un drama. Su locura alcanzó sus cotas máximas cuando hizo estallar el popular inmueble de Los Ángeles. “No es lo que pensáis…”, decía. “Es peor…”. Presten atención a los efectos especiales…

 

 

Todo era posible en ‘Melrose Place‘. Hijos secretos que surgían de la nada, esposas fallecidas que se reaparecían en forma de espíritu, personajes que iban cambiando su opción sexual según convenía, hermanas que llegaban de visita y terminaban en la cama de su cuñado. Y es que no hay nada como la familia. Que se lo pregunten a Jane, la cándida diseñadora de moda, que acogía en su hogar a Sydney, su díscola hermana pequeña. Y aquello terminó peor que ‘Mujer blanca soltera busca’. Una buena pelea en la piscina siempre vende mucho.

 

 

Lo de los reencuentros de series míticas se ha convertido en una tendencia. Sentimos curiosidad por saber qué ocurrió con Steve Urkel, cómo habrán envejecido los abogados de ‘La ley de los Ángeles‘, qué será de los hijos de Bill Cosby. Para saciar intereses de este tipo hace unos días regresaron al bar de Sam los protagonistas de ‘Cheers‘. Y brindaron casi todos. Faltaron algunos tan carismáticos como Diana, Woody y Frasier, entre otros.

 

 

Del final de ‘Arrested Development‘ hace menos, apenas seis años. Aunque no fue definitivo. Los que echan de menos las andanzas de la disfuncional familia Bluth podrán disfrutarlas de nuevo a través de la plataforma NetFlix. Dada su obsesión por todo lo excesivo su reencuentro no podía ser común y vulgar y se ataviaron con sus mejores galas para el evento. No esperábamos menos.

 

 

La imaginación se dispara al pensar en cómo se desarrollaron algunas de estas reuniones. Nuestro punto más cotilla se pregunta si resurgirían las rivalidades y las viejas rencillas. Algo nada desencamino cuando se trata de juntar a viejas glorias. En 2006 volvieron a verse las caras Blake, Alexis y Krystle. Eran otras caras, eso sí. Cirugías aparte, el tiempo pasa para todos. Por cierto que al poco tiempo las dos grandes damas de ‘Dinastía‘ decidieron protagonizar una obra teatral y casi se cargan hasta el telón. Ya se sabe que hay elementos químicos que es mejor no mezclar. No dejen de ver este vídeo con el antes y el después de todos los integrantes del clan Carrington.

 

 

Hay casos en que la diferencia en las carreras de los diferentes actores marca estos actos. No es igual acudir a un reencuentro de estas características tras haber triunfado en otras series o en el cine que si apenas has encontrado espacio en telefilmes baratos. Es decir, no es lo mismo revivir los viejos tiempos de ‘El príncipe de Bel Air‘ siendo Will Smith que siendo el actor que daba vida a Carlton, del que sólo recordamos su baile al ritmo de Tom Jones. Por cierto, a la tía Vivian ni estaba ni se la esperaba en esta cita. Dijo textualmente que ella “nunca haría nada con un imbécil como Will Smith“. Vamos, traducido, que conservaba magníficos recuerdos de la ficción.

 

 

Hay quien vive de las rentas de un gran éxito. ¿En qué han destacado después de ‘Sensación de vivir‘ Dylan, Brandon o Kelly? En nada. Si se les sigue recordando es precisamente por aquellos personajes de niños bien. Algunos (todos tenemos que comer) volvieron a reinterpretarse en la nueva versión de la serie que ahora se emite en la cadena americana CW, e incluso en anuncios de televisión.

 

 

Los reencuentros catódicos sirven además para observar la evolución de algunos intérpretes. Hay niños, por ejemplo, que de pequeños son muy graciosos, pero que a medida que cumplen años van perdiendo brillo. Otros se estrellan y algunos consiguen ser estrellas. Toda una constelación de posibilidades. Y luego están las gemelas Olsen, que no está muy claro en qué categoría meterlas. Por cierto, aunque ellas no fueron, hace poco vimos creciditos para un reportaje a muchos de los retoños de ‘Padres forzosos‘.

 

 

Cada reencuentro cumple una función. En el de ‘Salvados por la campana‘ descubrimos, por ejemplo, que Zack Morris, el guaperas del grupo, había dejado de ser rubio. En el de ‘Star Trek‘ que hasta para ser trekkie hay una edad. Y en el de ‘Malcolm in the middle‘ que Bryan Cranston, pese haber tomado tanta droga azul, aún es capaz de sonreír.

 

 

En fin, pues eso, que nos hacemos mayores. Ya os llegará.

 

Títulos de crédito: Para quejas, sugerencias y otras necesidades humanas mi correo es mlabastida@lasprovincias.es 

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Sobre el autor

Crecí con 'Un, dos, tres', 'La bola de cristal' y 'Si lo sé no vengo'. Jugaba con la enciclopedia a 'El tiempo es oro' imitando al dedo de Janine. Confieso que yo también dije alguna vez a mi reloj: "Kitt, te necesito". Se repiten en mi cabeza los números 4, 8, 15, 16, 23, 42. Tomo copas en el Bada Bing. Trafico con marihuana en Agrestic y con cristal azul en Albuquerque. Veo desde la ventana a mi vecino desnudo. El asesino del hielo se me aparece en cada esquina y no me importaría que terminase con mi vida para dar con mis huesos en la funeraria Fisher.


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