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Mikel Labastida

El síndrome de Darrin

Jorge Javier estuvo a punto de entrar en el Opus Dei

“Estas son mis tres reglas de la escritura. Una: es difícil, dos: siempre habrá más rechazo que aceptación, y tres: intentar dar placer con cada frase”

Jonathan Ames

 

 

Paren máquinas. Jorge Javier ha escrito un libro. Esto no es ficción, va en serio. Lo juro. Es una especie de medio biografía. Es decir, cuenta pasajes de su vida, testimonios sinceros (así lo dicen los que lo anuncian) e incluye algunas historias que él conoce pero que no le han ocurrido en primera persona. Tono realista al parecer. Cualquiera podría pensar que el debut editorial de Jorge Javier, teniendo en cuenta su trayectoria televisiva, sería un repaso al entramado del corazón, que él lleva años investigando, pero no, le ha dado por la cosa solemne.

La editorial que lo publica (Planeta) lo promociona de la siguiente manera:  “Jorge Javier Vázquez irrumpe en el mercado literario al más puro estilo Juan Marsé o ‘Barrio’ de Fernando León”. Palabras mayores. Marsé, el de ‘La oscura historia de la prima Montse’ y ‘Últimas tardes con Teresa’. León de Aranoa, el de ‘Princesas’ y ‘Los lunes al sol’. Habrá que leerlo. No está bien eso de juzgar antes de conocer de primera mano, por mucho que en los programas que conduce Jorge Javier se haga.

Quién sabe, hace unos años ganó el Ondas, lo mismo dentro de poco se alza con el Planeta. Marsé lo consiguió en 1978 con ‘La muchacha de las bragas de oro’, aunque años más tarde se desmarcase de este galardón al considerar que se reconocían obras de poco nivel como las de Maria de la Pau Janer y Jaime Bayly.

Jorge Javier, con ‘La vida iba en serio’, llega dispuesto a desnudarse (sólo el interior, tranquilos). Habla de la tensa relación con su padre, del miedo al rechazo por su opción sexual, de su traslado Madrid… “A los quince años no tenía amigos con los que salir los fines de semana”, confiesa. Y para aderezar la novela incluye revelaciones como que estuvo a punto de ingresar en el Opus Dei. “Entre el cielo y el infierno elegí el infierno, y con el paso de los años comprobé que quemarse entre sus brasas podía llegar a producir un placer más infinito que aquel cielo frío e inhóspito que promocionaba el Opus Dei”, cuenta. O que su primera experiencia sexual fue con un chapero. Lo que se va a perder el ‘Tomate’… Reclamamos un polígrafo ya.

Es curiosa la relación de los presentadores de la televisión y la literatura. Quien más y quien menos ha escrito un libro. Quien dice escrito, dice tomado prestado, ¿verdad Ana Rosa? Pero ese es otro asunto.

 

El caso es en muchas ocasiones lo que llevan a sus libros poco tiene que ver con lo que luego hacen en la televisión. La pluma y el folio blanco los utilizan como método de redención. A Màxim Huerta lo vemos cada mañana repasando la actualidad social, pero luego en las librerías apuesta por historias más sobrias como la de ‘Una tienda de París’, sobre una mujer que decide empezar su vida de cero. Su compañera, Carmen Alcayde, se ha inclinado por el género de la autoayuda, dando consejos para ‘Sobrevivir en pareja’ o para asumir los 30 con ‘Treintañeras’. “¿Difícil? Tranquila, estoy aquí para ayudarte. Respira hondo, relájate y lee este libro despacito”, afirma a modo de reclamo.

No eres nadie en la pequeña pantalla si no has escrito un libro. Lo tienen María Teresa, Karlos Arguiñano, David Cantero, Javier Sardá, Christian Gálvez, Raquel Sánchez Silva o Ana García Siñeriz. Vamos, que llega Emma García y la miran raro. ¿Y tú por qué no has escrito nada?


A cada televisivo le da por un tema cuando se pasa al universo de la tecla. Karmele Marchante hablaba de sexo (‘Los juguetes de Karmele’), que aparentemente es como si a mí me da por hablar de culturismo. Pero igual son sólo prejuicios míos. Cristina Tárrega se hizo experta en nutrición y belleza (‘Una solución quiero’, ‘Diez años más joven’) y Marta Robles sacó la vena de Cicerone (‘Madrid me Marta’). Jandro, de ‘El Hormiguero’, elaboró una guía para calvos; Carmen Lomana, una biblia de la elegancia (‘Los diez mandamientos de una mujer 11‘), y Jesús Calleja, un manual para aventureros.


De los consejos se alejó Nuria Roca, que ha encontrado un filón mano a mano con su marido, Juan del Val (‘Para Ana (de tu muerto)’, ‘Lo inevitable del amor’). Teresa Viejo, después de una etapa dedicada a analizar las diferencias entre hombres y mujeres (‘Cómo ser mujer y trabajar con hombres’, ‘Hombres. Modo de empleo’), se lanzó a la novela histórica con ‘La memoria del agua’. Nieves Herrero, además de abordar la figura de Leonor de Borbón, ha escrito dos novelas de ficción, ‘Esa luna rota‘, sobre una ruptura matrimonial, y ‘Corazón de indio‘, en torno a un joven que se somete a un trasplante de corazón.

 

Una de las últimas televisivas en busca de hueco en el sector editorial ha sido Mara Torres, la presentadora de La 2 Noticias, que ha ganado el Planeta con ‘La vida imaginaria’. Antes había escrito un recopilatorio con las anécdotas del programa radiofónico ‘Hablar por hablar’ y una colección de relatos, ‘Sin ti. Cuatro miradas desde la ausencia’.

Nunca se sabe dónde se esconde un buen escritor. Ángeles Caso era la chica del Telediario y ha acabado como una de las autoras más reputadas de este país. Nunca se sabe… 

Ahora, abran paso, que llega Jorge Javier. Hasta el momento sabemos que es capaz de reventar audímetros con sus programas. Que tiemblen Ken Follet y E. L. James.

 

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Sobre el autor

Crecí con 'Un, dos, tres', 'La bola de cristal' y 'Si lo sé no vengo'. Jugaba con la enciclopedia a 'El tiempo es oro' imitando al dedo de Janine. Confieso que yo también dije alguna vez a mi reloj: "Kitt, te necesito". Se repiten en mi cabeza los números 4, 8, 15, 16, 23, 42. Tomo copas en el Bada Bing. Trafico con marihuana en Agrestic y con cristal azul en Albuquerque. Veo desde la ventana a mi vecino desnudo. El asesino del hielo se me aparece en cada esquina y no me importaría que terminase con mi vida para dar con mis huesos en la funeraria Fisher.


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