“Cuando eres poderoso dejas de ser todo lo demás”
Rubén Bertomeu
Es muy complicado hacer de malo. Pepe Sancho reconocía que esos papeles le salían bien y no le importaba que se los reservasen habitualmente en televisión porque luego él ya se desquitaba con otro tipo de roles, sobre todo, en teatro. “Con los malos hay que tener cuidado para no caricaturizarlos”, confesaba en una entrevista. Y tenía toda la razón, porque lo habitual es que algunas de estas interpretaciones caigan en tópicos y exageraciones que hacen bastante increíble el personaje.
Sancho los encajaba a la perfección. Su tono de voz y su imponente presencia ayudaban. No es ningún secreto que además era hombre de carácter fuerte, de esos que dicen las cosas claras y que no ocultaba ni disimulaba lo que le irritaba. Hablamos de eso en alguna ocasión y le preocupaba poco. Los periodistas debemos agradecer, además, que aquella claridad nos proporcionase titulares por doquier en cualquier entrevista. No ayudó mucho el acoso al que se vio sometido por las cámaras de programas de televisión durante una época de su vida. De cerca ganaba. Y no resultaba difícil contar con él para cualquier colaboración laboral. Siempre respondía al teléfono y a los emails. Lo cual es de agradecer.
Pepe Sancho deja para el recuerdo algunos de los malos más malos de la pequeña pantalla. De los mejores. Rafael Chirbes me reconocía hace unos días que le imponía escuchar (a propósito de la adaptación televisiva de ‘Crematorio‘) algunas frases que él había escrito en boca de Sancho.
Sin escrúpulos en ‘Crematorio‘
Sancho construyó con Rubén Bertomeu uno de los mejores personajes vistos en televisión en la serie dirigida por Jorge Sánchez Cabezudo, ‘Crematorio‘, estupenda estampa de la corrupción urbanística y moral. Tenía la dificultad de retratarlo en sólo seis capítulos, por lo que la mayoría de detalles que Chirbes narraba en la novela (sus gustos musicales o literarios, por ejemplo) apenas aparecían. Bertomeu es un tipo que se ha hecho a sí mismo, ambicioso, alguien con los objetivos claros al que no le cuesta ningún esfuerzo saltarse cualquier escrúpulo para conseguirlo. Forja su éxito a costa de ladrillos, del dolor de muchas personas, de saltarse sus ideales, de ignorar a su familia. A costa de ser lo que tú y yo denominamos un ‘hijo puta’. Es alguien que durante muchos años, desgraciadamente, fue un modelo a seguir y respetar por haber reunido una fortuna, aunque todo el mundo supiese el modo en que la había logrado.
El fascista Don Pablo
Durante diez temporadas Don Pablo fue un pilar de ‘Cuéntame’ como jefe de Antonio Alcántara. Comenzó siendo un tipo odioso con ideas fascistas y modales chulescos para ir convirtiéndose poco a poco en alguien más cercano, con un particular sentido del humor, que consiguió ganarse a los espectadores de la serie. A don Pablo le sentó bien cruzarse con los Alcántara. “Quién te ha visto y quién te ve Pablo Ramírez Sañudo”, le decía Antonio. Y es que a don Pablo, con los nuevos tiempos, no le quedó otra que ceder, como le dijo en alguna ocasión a la foto de Franco que guardaba en casa. Incluso cuando rozaba lo grotesco Sancho salía airoso.
El ambicioso Quinto Servilio
En ‘Imperium‘, prolongación de la serie ‘Hispania’, interpretó a un hombre de guerra, un ser intrigante que consiguió hacer carrera política gracias a su desmedida ambición y a las influencias de su padre. A un paso de ocupar el puesto de senador su progenitor fallece, lo que trunca sus propósitos. Eso no le impidió inmiscuirse en el ejército y llegar a ser pretor para servir a la República de Hispania. Sus cara a cara con Lluis Homar elevaron, y mucho, el nivel de esta ficción de Antena 3.
El general Milans del Bosch
A Milans del Bosch le atribuyen la frase “Esta democracia de los cojones nos ha costado mucha sangre y muchas vidas”. Esa era la excusa para sumarse al golpe de estado perpetrado en España el 23 de febrero de 1981, tal y como se retrató en la miniserie que hizo TVE 1, ‘El día más difícil del Rey‘. Sancho se puso el uniforme para dar vida al capitán general que sacó los tanques a las calles de Valencia y ordenó decretar el estado de excepción.
El corrupto dueño del mercado
Junto a Pepe Sacristán y Beatriz Carvajal protagonizó una de las series más populares de los noventa, ‘¿Quién da la vez?’, en Antena 3. Sancho se vistió el traje de cabrón para dirigir el mercado La Ribera, en el que trabajaban pescaderos, carniceros y verduleros. Nada de lo que sucedía en los puestos se escapaba a los ojos del maquiavélico don Mateo.
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