“A última hora de la noche miro el teletexto para informarme de la actualidad”
Rouco Varela
Hace unos días aseguró Rouco Varela en el programa ‘El objetivo’, de laSexta, que a última hora del día miraba el teletexto para informarse de la actualidad. Y la frase, de pronto, nos pareció sacada de otro tiempo, de una época con costumbres ancestrales. Ésa en la que tenías que marcar el 102 con el mando a distancia para conocer qué había pasado a tu alrededor. Es curioso cómo en treinta años la mayoría de avances tecnológicos que nos volvían locos han pasado a ser propios de la era mesozoica. Como el VHS, como las primeras teles que ocupaban todo el salón, como el teléfono de góndola, como los Spectrum. Pero la suerte de estos últimos y la del teletexto han corrido senderos diferentes. El teletexto sigue con vida. Y no sólo gracias al cardenal.
El servicio de información en forma de texto comenzó regularmente sus emisiones en TVE en 1988, aunque algún año antes se había probado con eventos deportivos. Esa imagen similar a la del videojuego Atari y la oportunidad que ofrecía de acceder a las noticias y a otros datos en cualquier momento representaban un adelanto tecnológico para toda una generación que aspiraba a que en su casa hubiese un televisor con esta prestación. Durante los noventa se estandarizó y se comenzó a usar como fuente de información y para seguir programas con subtítulos.
Nadie disponía de Internet por aquel entonces. El teletexto suponía una revolución. La modernidad era eso, plantarse de cara al televisor, comenzar a pulsar numeritos a partir del 100 y esperar pacientemente a que apareciesen páginas y páginas hasta que se detuviese en la indicada. En ella leíamos las noticias como podíamos (a veces tardaban en colocarse todas las letras y era necesario aplicar nociones de interpretación). Hasta entonces era lo más interactivo (sin ser él nada de eso) de cada hogar. Telecinco aún no había lanzado su teletrebol, que después puso en boga la nativa digital Laura Valenzuela. Lo dicho, la modernidad era eso.
Con la instalación de internet en la mayoría de casas y la proliferación de smartphones con un sinfín de prestaciones el teletexto parecía condenado al olvido y a pasar a engrosar el bazar de inventos caducados, donde yacen el laser disc, el vídeo, los diskettes o el Microsoft Bob. Pero no. Varela ya confesó que él se entera de las noticias a través de este medio. Y como él un sector de la población. Curiosamente cuando el teletexto hizo su aparición se dirigía al público joven, ya que los mayores argüían que su funcionamiento era demasiado complicado para ellos. Ahora, sin embargo, quienes le encuentran algún uso están dentro de una franja de edad entre los 40 y los 70 años.
En TVE explican que hace unos tres años que se dejó de medir las audiencia del teletexto, pero que los últimos datos que ofreció Kantar (la empresa de medición) indicaban que el sistema recibía alrededor de cuatro millones de contactos diarios. Asimismo fuentes del ente público indican que tradicionalmente las búsquedas más frecuentes han sido resultados deportivos y loterías.
En Antena 3 coinciden en señalar estos temas como los más consultados y añaden el tiempo, el tráfico, los horóscopos y las noticias. Antes la parrilla era el contenido estrella pero la Guía de Programación Digital (EPG) le ha restado fuerza. El servicio de subtitulado (marcando 888 desde teletexto) es, por supuesto, muy demandado por las personas sordas, aunque la emisión digital también le ha robado usuarios. Dionisio San Miguel, coordinador de teletexto de Atresmedia, lo defiende así: “Todos aquellos, sobre todo personas mayores, que no se han subido al boom de Internet, redes y las multipantallas, siguen consultándolo asiduamente”. Y debe de ser verdad. Desde luego ni Atresmedia ni Mediaset desaprovechan la plataforma para meter publicidad, desde teléfonos eróticos o consultas teletextuadas de Esperanza Gracia hasta promociones de móviles. No queda esquina de la pantalla sin un reclamo.
Y, aunque parezca un oxímoron, teletexto e Internet están relacionados. Tanto Antena 3, laSexta como RTVE disponen de versión de teletexto actualizada en la red, así como twitter y aplicación para iPhone. La pregunta es ¿para qué lo utiliza alguien que pueda consultar Internet? Misterios sin resolver.
Por si las utilidades anteriores no son suficientes voy a indicar algunas otras con el fin de que el servicio gane adeptos y no tenga que cerrar, como ocurrió con el de la BBC (tras 38 años) y con el de Telemadrid (salvando todas las distancias entre ambas, por supuesto).
Como cuadernos Santillana
A falta de unos buenos cuadernos Santillana el teletexto puede ser un estupendo instrumento para la educación de sus hijos. Siéntelos frente al televisor, marque una página y pídales que señalen los errores ortográficos que aparezcan, probablemente unos cuantos. No serían los primeros que buscan gazapos en este servicio. El programa de Elena Sánchez, en el que se da voz al espectador con quejas de calado sobre la programación de RTVE, ha recibido a algunos de estos caza-gazapos-de-teletextos.
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Para enterarse de los fallecimientos
Tradicionalmente las páginas de esquelas tienen la macabra misión de informar sobre los fallecimientos recientes, pero el teletexto bien podría asumir esta labor también. En Hospitalet de Llobregat una mujer se enteró de la muerte de su marido en un accidente de moto por una noticia de teletexto. Que ya debe de ser mal trago, estar esperando que llegue la página 120 y encontrarse con este suceso.
Para lanzar encuestas falsas
Podría utilizarse para testar noticias o decisiones políticas y comprobar la opinión de los usuarios. Es decir, a través del teletexto se lanza un globo sonda, por ejemplo que a partir de ahora por cruzar por un paso de cebra habrá que pagar, y se espera la reacción. Si hay mucha contestación social siempre se podrá decir que ha sido un error. “Los sistemas antiguos ya se sabe…” No sería la primera vez. Unos días antes de las últimas elecciones generales el servicio de RTVE colgó una encuesta en la que anunciaba un vuelco electoral. Contra todo pronóstico el PP sufría un descalabro electoral y el PSOE volvía a conseguir la presidencia. No me quiero imaginar la cara de Rajoy, que seguro que suele consultar el teletexto, cuando lo vio y hasta que alguien le avisase de que había sido un error.
Para recuperar el espíritu del cine porno en Canal Plus
Una de las principales características que durante muchos años han definido a Canal Plus era la película codificada de los viernes, que dejó medio ciega a gran parte de la población que intentaba discernir lo que se escondía tras aquellos filtros. Con algunos dibujos elaborados para el teletexto sucede lo mismo, hay que hacer un enorme esfuerzo para comprender lo que se muestra o simboliza y, sobre todo, para que cause algún efecto en el cuerpo.
Para quedarse con el dinero de las loterías
No contento con cobrar desde el año pasado un porcentaje de los premios de loterías el ministro Montoro podría experimentar un nuevo sistema para recaudar fondos. Consciente de que los principales usuarios del teletexto son personas mayores se darían falsos resultados de sorteos, con el fin de que jamás llegasen a cobrarse y el Estado pudiese quedarse con todo el dinero. Un jubilado de Cambrills llevó durante varios días un boleto en el bolsillo creyendo que sólo le habían tocado siete euros. Cuando fue a cobrarlo descubrió que en realidad había ganado 33 millones, algo que no cuadraba con la información que le había ofrecido el servicio televisivo. Y es que el teletexto lo carga Montoro.
Para ensayos periodísticos
Al que se le ocurra el titular más llamativo que levante la mano y lo contratan para el teletexto. Porque si el sistema ya cuenta con el hándicap de resultar antiguo sólo le faltaba optar por enfoques anodinos para alejar a los lectores. Nada mejor que jugar con las palabras para que den como resultado este titular: “Rusia tritura a España en cuartos de final”. ¿No había un verbo aún más fuerte para resumir el partido? Al parecer no. Si Pedro Piqueras hubiese estado por allí seguramente habría hecho grandes aportaciones. La redacción de esta información en concreto no tenía desperdicio como señalaron desde diversos blogs.
Para hacer la labor del alguacil
Distintos oficios con el tiempo se van perdiendo, como el de sereno, pregonero o herrero. El teletexto vino a cargarse otros. En la localidad aragonesa de San Mateo existía un alguacil que diariamente leía desde el ayuntamiento los bandos, que eran recibidos a través de un sistema de megafonía. Pero cuando se hizo necesario ante el crecimiento urbanístico colocar más altavoces se buscó una alternativa más económica. Y así al alguacil se le cambió por un un canal privado de teletexto para consultar la información municipal. No se descarta que en un futuro sea capaz de despachar pan o servir cañas.
Para engancharse al videojuego vintage
Lo retro se lleva. Si hemos desempolvado ropa y muebles, por qué no hacer lo mismo con los videojuegos más básicos que nos entretenían cuando no existían complejas videoconsolas. No nos toparemos con efectos especiales espectaculares ni dobles pantallas ni nada de eso, pero al final en lo básico también se encuentra la diversión. ¿O no?
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