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Mikel Labastida

El síndrome de Darrin

TVE, cuesta abajo y sin frenos

“Si ‘Alfombra Roja’ no funciona se retira y punto”

José Antonio Sánchez

 


 
Abril se cierra con TVE superando por los pelos el 10% de cuota de pantalla, asumiendo una tercera posición entre los espectadores en la que está instalada desde hace años, lejos de las emisoras privadas, Telecinco y Antena 3, que terminarán el mes superando ampliamente el 15% y el 13%, respectivamente. Esto no sería alarmante si al menos la cadena se distinguiese por unos contenidos pulcros, rigurosos, arriesgados y en consonancia con el servicio público para el que fue creada. Pero no es el caso. TVE se encuentra sumida en una deriva sin rumbo, criticada por la gestión de la información que hace, por algunas de sus apuestas de entretenimiento, por la pérdida de audiencia y por no lograr el apoyo de los espectadores.

TVE acapara titulares cada día. Y pocas veces se deben a buenas noticias. Siempre están relacionados con decisiones polémicas. El más reciente, la determinación de la empresa de restringir el uso de twitter entre sus trabajadores. Otro sonoro se produjo tras el accidente en los Alpes, cuando comenzó a circular un desafortunado comentario que supuestamente había realizado Mariló Montero. Pero no era cierto. Esta vez la presentadora del magacín matinal había estado comedida y no había metido la pata. El problema es que sus antecedentes son tan graves que a nadie le extrañaría que hubiese soltado alguna barbaridad. Con esa mochila en la espalda es imposible conseguir ser una referencia informativa. Quizá por eso los espectadores de las mañanas han preferido informarse sobre las novedades del trágico suceso en los programas de Ana Rosa Quintana o el de Susana Griso.

La semana pasada fue especialmente virulenta en el entorno de la televisión pública, que recibió críticas feroces desde distintos frentes y por asuntos diversos (por emitir espacios cuestionables, por datos de audiencia negativos, por ceses sospechosos). La cuestión es que los desmanes y las decisiones desacertadas suelen ser tan comunes que se pierde la perspectiva. Y por ello es bueno reflexionar sobre la grave situación, recapitulando los últimos acontecimientos, que han puesto a TVE en un punto de mira cada vez más preocupante. La tele pública se está convirtiendo en un escollo continuo y un lastre y surgen voces que sospechan que esta tesitura no es casual, sino una operación de desgaste orquestada para acabar conscientemente con el ente y para que nadie, llegado el momento, pudiese defender la necesidad de su continuidad. Saltan las alarmas con o sin fundamento. Repasemos a continuación los últimos episodios perniciosos para la estabilidad y credibilidad de TVE. Propios de un sainete, pero con poca gracia.

 

Acto I: Regreso al pasado en tiempos nuevos


Con el objetivo de reflotar la audiencia de cualquier modo, y después del fracaso de algunas propuestas de entretenimiento que el ente público había puesto en marcha (‘El pueblo más divertido’, ‘Hit-la canción’), TVE decidió recurrir a rostros relacionados con la casa en el pasado y recuperarlos en su parrilla. Así volvió a la noche de los viernes José Mota, con buena aceptación por parte del público, Ramón García a las tardes (aquello fue un visto y no visto), y Paco Lobatón recuperó su mítico ‘Quién sabe dónde’ como sección del matinal de Mariló Montero. ¿Ideas nuevas? ¡Quién las quiere! El mismo repertorio de siempre pero con sabor caduco. En las próximas semanas está previsto el desembarco de Bertín Osborne (con un programa de entrevistas, ‘En tu casa o en la mía’, por el que cobrará, según ha trascendido, 10.000 euros por cada emisión) y de Sáenz de Buruaga (para un debate nocturno). Esta imagen añeja empaña la de otras apuestas más acertadas como ha sido ‘El Ministerio del Tiempo’ o como se prevé que sea ‘Seis hermanas’, lo cual causa disputas incluso en el seno de TVE.

 

Acto II: La alfombra de Moreno


Pasen y vean. Lo mejor está por llegar. El regreso más polémico al ente público fue el de José Luis Moreno, que ha ocupado la noche de los sábados con un show diseñado bajo los parámetros clásicos del ventrilocuo, a la imagen y semejanza del ‘Noche de fiesta’ con el que triunfó entre 1999 y 2004. Pero diez años después el mismo esquema de espectáculo queda desfasado y poco competitivo. ‘La Alfombra Roja Palace’ desató críticas en su estreno por la falta de organización en los contenidos, por su humor machista y por varias actuaciones de dudosa calidad. Pocas veces la unanimidad en los comentarios negativos ha sido tan abrumadora. Si a eso se une un dato de audiencia raquítico (843.000 espectadores y 5,8% de cuota de pantalla) a los responsables del programa y de TVE no les queda más remedio que salir y dar explicaciones. El presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, no entró a juzgar si los contenidos eran propios o no de un canal público y se limitó a informar en el Senado que si el espacio no remontaba de audiencia para la cuarta semana se retiraría de la programación. A Moreno las críticas le sentaron peor aunque terminó reconociendo el caos que reinaba en la primera emisión. En el camino se cayó Nerea Garmendia, presentadora que decidió bajarse del proyecto tras el estreno. El segundo programa se quedó con un 6% de ‘share’ y perdió casi 30.000 espectadores. Se grabó días antes en lugar de hacerlo en directo para evitar el desorden y el desconcierto y se recurrió a algunos gags (mil veces representados) escritos por los creadores de ‘La que se avecina’. Pero ni por esas. ‘La Alfombra Roja Palace’ continúa despidiendo un tufo rancio e impropio de una cadena pública. TVE, pese a todo, tardará aún dos semanas en cancelarlo. Costará 440.000 euros más a las arcas del estado hasta que se baje el telón definitivamente de una función que cuenta con más butacas vacías que llenas.

 

Acto III: Pérdida de referencia informativa

El seguimiento de los Telediarios de TVE en los últimos cuatro años ha ido cuesta abajo y sin frenos. De ser los informativos de referencia (por premios y por audiencia) han pasado a la intrascendencia más absoluta y son superados cada día por el de Pedro Piqueras (en Telecinco) o el de Vicente Vallés (en Antena 3). La salida de profesionales de la etapa de Fran Llorente y el cuestionable criterio de selección de noticias ha hecho mella y los ha distanciado de los espectadores, que han dejado de considerar a TVE cadena de referencia para los grandes acontecimientos, como ha ocurrido siempre (con gobiernos del PSOE y del PP). Esto ya no es así. De hecho La Sexta está ocupando en la actualidad este lugar. El ejemplo de ello fueron los especiales que ambas emisoras programaron a propósito de las elecciones de Andalucía en la noche del domingo 22. Mientras que el de la cadena verde alcanzaba el 12,1% de cuota de pantalla, el del ente público se quedaba en un mísero 4,9%. Los espectadores ya no se fían del rigor del canal que pagamos entre todos. Y eso es muy grave. “Los resultados en términos de audiencia fueron bajos y sólo se pueden explicar por el hecho de que una buena parte de los ciudadanos han dejado de ver a TVE como un medio de comunicación fiable en términos de objetividad”, señaló el Consejo de Informativos en un comunicado. O lo que es lo mismo: rendirse ante la evidencia.

 

Acto IV: Una visión particular sobre Andalucía

Lejos de tomar nota del batacazo en las audiencias con el especial de elecciones los informativos de TVE persisten al ofrecer una visión sesgada de la realidad. Eso se desprende al menos de la interpretación que desde los Telediarios se dio del resultado en los comicios andaluces. El titular con el que se abordó esta información en las diferentes ediciones fue “El bipartidismo se mantiene en cabeza pero retrocede 17 escaños en tres años”. El resumen da pie a confusiones y oculta algunas claves importantes de la jornada. ¿Es el bipartidismo un nuevo partido? No. ¿Perdieron las dos formaciones de ese ‘bipartidismo’ el mismo número de escaños? No, los 17 se le escaparon al Partido Popular. No, no es precisamente un buen resumen. Seis días después el enfoque en ‘Informe Semanal’ fue otro. No se analizó en ningún momento las posibles causas del retroceso del PP en esa región ni el auge de Podemos y de Ciudadanos. El foco se puso en el paro de Andalucía, las ayudas económicas que Europa destina a esta región y el caso de los ERE. En las redes sociales, que las carga el diablo, no pasó inadvertida esta cuestión. Lorenzo Milá, corresponsal de TVE en Roma, criticaba la semana pasada en una entrevista en Jotdown el control político de la tele pública: “Tenemos todavía esta inercia de que los gobiernos siguen considerando que como pagan la televisión pública pueden mandar sobre ella, y esto es una profunda tristeza. Vivo esto con gran tristeza. En nuestra empresa y en las públicas autonómicas”. Voces críticas también desde dentro.

 

Acto V: Destituciones en las corresponsalías

También ha hecho bastante ruido el cambio de rostros en algunas corresponsalías de TVE. El ente público comunicó hace unos días el relevo de los periodistas que hacían su trabajo desde Bruselas, Lisboa, México, Bógota, Rabat y Jerusalén. Especialmente llamativo fue el último caso, puesto que Yolanda Álvarez fue criticada el pasado verano por Israel por la cobertura de la guerra de Gaza. En aquella ocasión desde RTVE se emitió un tweet de apoyo a la periodista, pero se echó en falta un comunicado más contundente. Ahora ha sido cesada y volverá a Madrid para desempeñar otras tareas. No ha habido explicación oficial al respecto de este cambio. Quien celebró desde twitter su salida de la corresponsalía fue el diputado del PP Agustín Conde. “Por fin TVE cesa a su corresponsal en Jerusalén, que parecía una activista de Hamas en contra de Israel”, aseguró con bastante poca fortuna desde la red social. Nadie en RTVE ni en el Partido Popular han condenado el comentario.
 
Bis: El desnudo de Teresa Rodríguez

¿Quieren más? No se vayan entonces todavía. El descrédito de TVE ha sumado un punto más con la rectificación que el Defensor del Espectador de RTVE ha tenido que hacer en el programa de La 2 por difundir una foto falsa de la candidata de Podemos a la Junta de Andalucía desnuda. Sucedió en la tertulia de Inés Ballester, ‘Amigas y conocidas’, donde se abordó el tema de la intimidad de los famosos y se ilustró el debate con esa imagen pixelada. “Nos toca pedir perdón tanto a Teresa Rodríguez como a la chica desconocida de esa foto”, indicaron Ángel Nodal, defensor del espectador, y Ramón Camblor, responsable de magacines de TVE.
 


 

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Sobre el autor

Crecí con 'Un, dos, tres', 'La bola de cristal' y 'Si lo sé no vengo'. Jugaba con la enciclopedia a 'El tiempo es oro' imitando al dedo de Janine. Confieso que yo también dije alguna vez a mi reloj: "Kitt, te necesito". Se repiten en mi cabeza los números 4, 8, 15, 16, 23, 42. Tomo copas en el Bada Bing. Trafico con marihuana en Agrestic y con cristal azul en Albuquerque. Veo desde la ventana a mi vecino desnudo. El asesino del hielo se me aparece en cada esquina y no me importaría que terminase con mi vida para dar con mis huesos en la funeraria Fisher.


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