La teoría nos la sabemos todos, pese a que no se incluía en ninguno de los libros y cuadernos escolares. Ni siquiera en los de Vacaciones Santillana. La hemos aprendido aunque fuese a base de sopapos. A veces bien grandes. Pero eso no quiere decir que luego en la práctica vayamos a ser lo suficientemente fríos y cerebrales como para saber aplicarla adecuadamente. Enamorarse o simplemente sentirse atraído por alguien tóxico no es descabellado. Aunque el tóxico lleve un cartel en la cara anunciando que lo es. Le puede pasar a cualquiera. ¿Es grave, doctor? Sí. Pero de todo se sale.
Hay personas que son tóxicas pero cuesta adivinar que lo son: porque lo disimulan al principio, porque tratan de mostrar su cara menos nociva, porque se las apañan para que quien los vea no los identifique enseguida. Y luego las hay que vienen iluminadas desde lejos, que las ves como a un faro en mitad de la noche, no dejan lugar a ninguna duda. Llevan el apellido complicado escrito en la cara. Son tóxicos de manual y aun así nos gustan. Houston, tenemos un problema.
Mickey es de estas últimas. Desde que la vemos aparecer en pantalla está metida en conflictos. Con su novio, en el trabajo, con el dependiente del supermercado. Y no vamos a encontrarla en un minuto de paz. Su hábitat natural es la pelea. Mickey es adicta a las adicciones. Las colecciona como quien atesora cromos o latas de cerveza de diferentes ciudades del mundo. Ella lo es a las drogas, al alcohol, al sexo, al amor. Y no es más porque no tiene tiempo. Mickey se aprovecha de quien está a su lado, aunque trate de envolverlo con papel de regalo para que el afectado no se sienta utilizado. Y pese a todo esto hay algo en Mickey que funciona como un imán. Tal vez sea la forma alocada con la que encara la vida, su predisposición a saltarse las normas y lo establecido, su manera de convertir la más pequeña de las anécdotas en una gran aventura. No pasa inadvertida en una ciudad como Los Ángeles, que engulle cada día a cientos de personas que tratan de destacar. Ella es una superviviente. Y eso la hace enormemente atractiva.
Mickey sabe que es tóxica. Es tóxica porque el mundo le ha hecho así, actualizando lo que cantaba Jeanette. Se lo han dicho en multitud de ocasiones y de vez en cuando se enfrenta a fantasmas del pasado que se le aparecen en bares y fiestas para echarle en cara lo que es. Ella trata de rebatirlo siempre, pero ante ella misma le cuesta esconder la realidad. Cuando se mira en el espejo comprueba lo que es y entonces acude a terapia. Pero las terapias le caducan al rato de salir de ellas. Cada mañana le toca poner el marcado a cero. No está acostumbrada a tratar objetos frágiles porque en sus manos siempre se rompen. Y así se pasa la vida, escondiendo añicos, los suyos y los de otros.
Por eso cuando conoce a Gus y vislumbra lo delicado que es trata de protegerlo de ella misma. Se anticipa a unas consecuencias que inevitablemente sucederán y que ella no podrá detener. Porque el tóxico muchas veces no sabe cómo dejar de serlo.
El mundo está lleno de Mickeys, personas que navegan con suma facilidad en el conflicto y en la disputa, que siempre salpican a otro, pero que están protegidas por un aura que las hace especiales y que no deja que pasen inadvertidas. Y el resto del mundo se debate entre evitarlas como pueden o caer rendidos ante ellas. Sí, aunque sepas que acabarás enfangado.
En este caso Mickey es la protagonista de ‘Love’, la última dramedia romántica (firmada por Judd Apatow) de Netflix, el enésimo intento televisivo por desentrañar las claves de las relaciones actuales (tras ‘Girls’, ‘Togetherness’, ‘Tú eres lo peor’, entre otras). Porque más allá de la personalidad de la protagonista ‘Love’ habla de lo complicado que se ha vuelto hoy en día que dos sujetos se quieran de la misma manera, de una sociedad en la que consumimos parejas como cápsulas de Nespresso, de unos tiempos en los que se ha dado la vuelta a la tortilla y la gente miente en las aplicaciones de citas asegurando que busca un polvo cuando en realidad ansía una relación. ¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor? Así de complicados nos hemos vuelto. Y en ese panorama se van a conocer Mickey y Gus, dos treintañeros que viven en Los Ángeles y que acaban de romper con sus respectivas parejas. Se acabó el “no eres tú, soy yo”. Bienvenidos a la era de “no eres tú ni yo, es esta sociedad”.
La primera vez que se encuentran ella está discutiendo con el dependiente de un supermercado porque no lleva dinero para comprar un café. Él sale a su rescate pagando lo que debe. Ella, como regalo, le deja participar un rato en su atolondrada vida. Y él, poco acostumbrado a transitar esas selvas, cae rendido a sus encantos. Porque Gus es un buen tipo, alguien que se concilia enseguida con lo que tiene y que trata de no vivir en la adversidad y de buscar el lado bueno incluso de lo más oscuro. Algo anodino y gris, sí, pero alguien que va a tratar siempre de hacerte la vida un poco más fácil. Yo quiero ser amigo de Gus. Y tú querrás serlo después de ver ‘Love‘.
Se conocen, se descubran, se gustan porque tienen poco ver con lo que se han topado hasta ahora e intentan iniciar algo juntos, aun siendo conscientes de que no será sencillo y de que las posibilidades de éxito son mínimas. Y en ese intento surgirá la sorpresa. Porque ni Mickey ni Gus se comportarán como era previsible. Y será en ese momento cuando empatizaremos con los dos y nos daremos cuenta de lo tóxicos o anodinos que somos todos en alguna ocasiones.
‘Love’ no es una comedia perfecta. Ni definitiva. Le cuesta arrancar y gana enteros según avanzan los episodios y conocemos mejor a los personajes, hasta llegar a los tres últimos capítulos, que son excelentes. Si llegas hasta ahí terminarás colado. Transitan por la serie otros personajes que ayudan a realizar una composición mejor de los protagonistas: la compañera de piso de Mickey de la que también se aprovecha, su jefe que como tantos otros quieren acostarse con ella; los amigos de Gus con los que inventa canciones para películas sin banda sonora, la niña a la que da clases y trata de domar, la actriz que lo hace sentir un chico especial…
‘Love’ gustará a los que ya ven ‘Girls‘, ‘Transparent’, ‘Master of none’, ‘Looking’, ‘Togetherness’, esas series que se esfuerzan por trazar un retrato al minuto de una sociedad que va cambiando a una velocidad de vértigo.
Y tal vez ‘Love’ sirva para eliminar algún prejuicio sobre lo que debe ser y lo que no, lo que está bien y lo que no. “Sorpresa, no soy una chica guay, no soy alguien que te puedes follar para demostrarte que puedes ser peligroso y divertido, en lugar de un capullo integral”, le espeta en un momento dado Mickey a Gus. “Soy un capullo al que te follas para creer que tu vida es mejor porque follas con un buen tío y no con un pedazo de mierda”, le responde él.
Hay algo de esperanza en el relato de ‘Love’. ¿Y si no todo lo tóxico es tan malo? ¿Y si todos somos tóxicos alguna vez? ¿Y si es posible que un día llegue alguien que te desintoxique? Igual es lo que todos andábamos esperando.
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