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Mikel Labastida

El síndrome de Darrin

Las mejores series que ha dejado el verano


 
Mientras que la sensación catódica llegada de Estados Unidos este verano ha sido la serie ‘Stranger Things’, en España nos hemos tenido que conformar con ‘Las Campos’. Que también es un poco strangerthings, aunque de otra forma. Sin Winona, pero con Terelu. Sin experimentos secretos, pero con mutaciones que provocan que engordes. Sin niños que juegan a ‘Dragones y mazmorras’, pero con señoras que juegan a las cartas. En fin, otra cosa. Las comparaciones siempre son odiosas. Y si se establecen con los americanos en algunos terrenos tenemos todas las de perder. En otros podemos salir más ilesos. Que ellos tienen a Donald Trump, y nosotros sin embargo… Bueno, nosotros tenemos strangerthings. Volvamos a la tele.

Darrin ha vuelto de vacaciones. El verano se acaba. Hola septiembre y hola temporada televisiva cargada de estrenos y regresos. Es momento de hacer balance y de repasar lo que han dado de sí las pequeñas pantallas durante los meses estivales. En nuestro país antes esta época vacacional era aprovechada por las cadenas para probar algunos formatos. Eso terminó, la crisis también acabó con eso. Desde entonces las parrillas se llenan de refritos, series guardadas en algún almacén y rarezas varias (Campos inclusive).

La diversidad de canales y plataformas en Estados Unidos permite que el panorama allí sea diferente. El año pasado, sin ir más lejos, en esa fecha se presentó ‘Mr. Robot’, que luego ha acaparado premios. Y ‘UnReal’, que destapó con brío cómo se cocinan los ‘realitys’. El próximo verano se estrenará lo último de ‘Juego de Tronos’ y, posiblemente, lo nuevo de ‘Twin Peaks’. El verano is the new black. ¿Y este año? ¿Qué ha pasado? Pues que Netflix ha dado el campanazo con ‘Stranger Things’, ficción nostálgica que ha despertado entusiasmos y reproches y ha protagonizado debates y tertulias en todo el mundo. Y ya se sabe que lo importante es que se hable. Aunque sea bien. ¿Ha sido la mejor serie del verano? Eso depende de paladares. Lo que está claro es que no ha sido la única. Repasamos a continuación los títulos que han generado más ruido mientras el sol apretaba.

 

 

Stranger Things: Los 80 son nuestros

Los 80 son nuestros, como escribió Ana Diosdado. De los que nacieron en esa época y de los que no. Si hay una década que se presta a la nostalgia y a la sobrevaloración es esta. Y en Netflix lo saben. Conscientes de ello apostaron por esta serie, que reinventa el concepto de ‘remake’-‘tributo’. ¿La historia? En un pequeño y tranquilo pueblo un niño desaparece en circunstancias confusas y una niña con extraños poderes aparece de la nada. Ambos sucesos están relacionados aunque los habitantes de la localidad todavía no saben en qué. La búsqueda de Will les obligará a lidiar con fenómenos paranormales y les permitirá descubrir una dimensión absolutamente desconocida.

Si te gustó ‘Los Goonies’, ‘ET’ o ‘Cuenta conmigo’ te gustará ‘Stranger Things’. Algunos hablan de homenaje, para justificar las secuencias y argumentos idénticos. Otros la acusan directamente de plagiar. Y ahí se genera un debate que nunca acaba. Superados los prejuicios y siendo conscientes de que no inventa nada la propuesta de Netflix entretiene y engancha. Está ideada para conseguirlo desde el primer momento: con un cásting perfecto (con Winona reaparecida y una pandilla de niños increíbles), una puesta en escena cargada de guiños, y un ritmo que no decae en los ocho capítulos que forman la primera temporada. Copiar no es fácil. Hacerlo bien también es un arte. ‘Stranger trings’ lo hace tan bien que incluso emociona.

 
 

 

The Night of: HBO en mayúsculas

Hace tiempo que HBO no es la que era. Atrás quedaron los grandes títulos de esta cadena que reinventó la televisión a finales de los 90. Con la excepción de ‘Juego de Tronos’, esta emisora nos ha dado demasiado disgustos (‘Vinyl’, ‘Luck’) últimamente. Y los pocos gustos tienen sus peros (‘The Leftovers’, ‘True Detective’). Para su apuesta de este verano han decidido no jugársela e ir sobre seguro. Para ello han recurrido a una historia con fuste (la británica ‘Criminal Justice’) y la han adaptado dándalo un toque ‘Oz’ y ‘The Wire’, dos de los buques insignia de HBO.

El resultado es ‘The Night of’, miniserie de ocho episodios que ha terminado de emitirse esta semana en Estados Unidos y que posiblemente desembarque en España a la vez que la propia sucursal de la emisora. Un joven estudiante de ascendencia paquistani es acusado del brutal crimen de una muchacha con la que ha pasado la noche. El muchacho se enfrenta a los recelos que provoca su procedencia, a un sistema jurídico empañado de sombras y a sus propias dudas, ya que el consumo de drogas y alcohol le impiden recordar lo que ocurrió. Un vibrante primer episodio (de 80 minutos, eso sí) describe cómo Naz Khan entra en una pesadilla que le va a cambiar la vida.

En los siguientes capítulos (que no tienen la fuerza del piloto) se instala un tono más solemne y crudo para descubrir las miserias de los procedimientos legales y de los centros penitenciarios en Estados Unidos. El resultado es una historia muy bien contada en la que el racismo y la paranoia post-11S tienen un enorme peso. Por cierto, es imposible ver esta serie y no pensar en cómo habría estado rascándose el pie James Gandolfini en el papel de abogado defensor, que iba a interpretar. Esto no impide ver que John Turturro está impecable.

 

 

The Get Down: Netflix tira la casa por la ventana

Si por algo se caracteriza Baz Luhrmann es por la megalomanía con la que envuelve todos sus proyectos. Da igual que sean películas, montajes de ópera o anuncios. Su salto a la televisión no iba a ser diferente. Y Netflix le dio alas, otorgándole un presupuesto de más de 70 millones de dólares para producir 12 capítulos de una serie que pretende describir el Bronx de los años 70 y el movimiento musical (rap, hip hop) que se originó en sus calles en esa época. Al parecer las previsiones económicas se dispararon finalmente y la cantidad global fue aún mayor.

El dispendio al ver la serie se nota en todo momento. No escatima en gastos. Aquello es ‘ande o no ande, caballo grande’. La cantidad de recursos no se emplean en otorgar realismo a los escenarios. El Bronx de ‘The Get Down’ parece un decorado de un musical. Hasta las ruinas son bellas. Esa pátina artificial impide dar credibilidad al relato. Algunas interpretaciones tampoco ayudan. Y, en un principio, la cantidad de historias que se quieren contar despistan bastante.

Si se supera esto ‘The Get Down’ atrapa como una especie de reinvención loca de ‘West Side Story’, mezclada o salpicada de otros títulos, y el espectador se deja seducir por el caos en el que se desenvuelven los dos protagonistas, Ezequiel y Mylene, que tratan de salir a través de la música de un barrio que condena y ahoga sus ambiciones. Están disponibles sólo seis capítulos. El año que viene, el resto. No se vayan todavía que aún habrá más e igual de ostentoso. 

 

 

Roadies: Música sin ritmo

También Cameron Crowe se ha entregado a la música para su salto televisivo. El autor de películas como ‘Singles’ y ‘Jerry Maguire’ y de otros títulos prescindibles como ‘Vanilla Sky’ o ‘Elizabethtown’ tampoco ha acertado con ‘Roadies’, que ha terminado esta semana pasando completamente inadvertida. Y con razón. Aunque la premisa prometía (descubrir los entresijos de la gira de una banda de rock) el resultado es de lo más decepcionante.

La idea era poner de relieve la labor de los roadies, los técnicos que viajan con los grupos, los que se encargan de todos los detalles para que estos puedan realizar sus conciertos, los que velan por los artistas. Y también pretendía retratar las grandes familias que se forman durante estas travesías. Pero nada, ni lo uno ni lo otro. Un guión torpe y unos personajes demasiado desdibujados impiden contagiar de entusiasmo al espectador en ‘Roadies‘. Y esto lastra una serie, de la que sólo se salva su banda sonora.

 

 

Outcast: Una serie para aburrir al mismísimo demonio

Se estrenó en junio y tomó la delantera de un fenómeno que va a estar muy presente en la temporada que comienza, el de las posesiones y las exorcizaciones. ¿Lo próximo? Ver cómo suena en una serie lo de “¿has visto lo que ha hecho la cochina de tu hija?” en la adaptación de ‘El exorcista’. Aquí, un joven, cuya vida ha estado marcada por las intromisiones del demonio (su madre y su novia sufrieron episodios paranormales), trata de buscar el sosiego y la calma. Pero el demonio no descansa y al protagonista le va a tocar ser testigo de historias similares a las que ha sufrido él. Y deberá decidir cómo tomar parte y que puede hacer desde su experiencia.

Lo tenía todo para haberse convertido en un bombazo en los meses estivales: un precedente como ‘The Walking Dead’, un cómic detrás con un potencial de seguidores importante, una buena factura técnica y un tema que siempre genera interés. Pero ‘Outcast’ se agota enseguida. Pierde fuelle, se repite y no avanza hacia ninguna parte. Hacia ninguna parte que al espectador le vaya interesar, al menos.
 

 

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Sobre el autor

Crecí con 'Un, dos, tres', 'La bola de cristal' y 'Si lo sé no vengo'. Jugaba con la enciclopedia a 'El tiempo es oro' imitando al dedo de Janine. Confieso que yo también dije alguna vez a mi reloj: "Kitt, te necesito". Se repiten en mi cabeza los números 4, 8, 15, 16, 23, 42. Tomo copas en el Bada Bing. Trafico con marihuana en Agrestic y con cristal azul en Albuquerque. Veo desde la ventana a mi vecino desnudo. El asesino del hielo se me aparece en cada esquina y no me importaría que terminase con mi vida para dar con mis huesos en la funeraria Fisher.


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