Los programas de los que hablaremos en este post les sonarán, les recordarán a otros, les parecerán similares a unos cuantos, aunque no terminarán de ubicarlos exactamente en una cadena en concreto. Comentaremos espacios del corazón, de sucesos o de videncias. Seguro que les vienen algunas referencias a la cabeza. Nos fijaremos en esa parrilla que despide un tufillo fétido que se nos mete por la nariz y que es complicado sacárselo. ¿Les suena ‘Rumore, rumore’, ‘La zona oscura’ o ‘Noche de bodas’?
Por el nombre no, casi seguro. Pero su temática les resultará familiar. Uno es un programa que paga exclusivas millonarias para contar las desgracias ajenas, otro trata de disfrazar de sobrenatural las miserias humanas y ofrece falsas esperanzas, y otro se basa en dar una presumible sorpresa a una persona ante una audiencia millonaria, esperando que exhiba sin pudor sus sentimientos. Los conocen todos, supongo. Pero con otros nombres.
Los mismos referentes que usted tendría en la cabeza el director Álex de la Iglesia cuando ideó estos formatos para incluirlos en sus películas. Y es que la filmografía del realizador vasco está completamente ligada a la televisión y a la influencia que este aparato (y lo que en él se emite) tiene en el espectador. La mayor parte de las películas del cineasta toman este elemento como eje central del argumento, convirtiéndose en una de sus mayores obsesiones. De la Iglesia ha criticado desde sus inicios la tele que engaña, la que manipula, la que pervierte, la que aborrega. Observar la obra al completo del director permite discernir el alegato que hace sobre los usos nocivos que se le dan a este medio de comunicación y las consecuencias que ello tiene.
La última película del realizador va más allá y pretende mostrar lo que sucede entre bambalinas en la pequeña pantalla, la basura, banalidad, luchas de egos y falsedad que se ocultan tras las cámaras, en los camerinos, en los despachos y en las salas de control. ‘Mi gran noche’ se adentra en la grabación de la gala de Nochevieja (tipo las de José Luis Moreno) que se encargará de despedir 2015 y celebrar la bienvenida de 2016. Los espectadores serán testigos de las mentiras que forman parte de un espacio de estas características (figurantes, falsas risas, bebida y comida de plástico), del circo en que se convierte cualquier espectáculo, y de las peleas y codazos que son necesarias para mantenerse en el primer puesto en una sociedad en la que cualquier triunfito puede gozar de mayor consideración que una estrella musical de toda la vida y en la que a las mujeres les sigue tocando hacer el papel de tontas para que los hombres puedan lucirse.
Aunque De la Iglesia lo disfrace con giros exagerados y situaciones grotescas sabe de lo que habla y no pierde la oportunidad de disparar dardos contra esas cadenas en las que chonis y macarras se postulan y son capaces de hacer cualquier cosa por participar en realitys como ‘Supervivientes’. Hasta los presentadores se ponen la zancadilla por conseguir ser conductores de ese formato-estrella. Por si acaso hay algún espectador al que le cueste más pillar las ironías, el director hace guiños más evidentes: la cadena donde se emite la gala se llama Mediofrost y cuenta con “un 80% de público de más de 70 años al que hay que repetirle los chistes varias veces para que los entiendan”. Blanco y en botella.
La gala de Nochevieja, en la que Alphonso-Raphael y Adanne-Mario Casas son las grandes estrellas, es el último programa del universo televisivo de Álex de la Iglesia, que repasamos a continuación.
Informativos JQK
Jaime Blanch interpreta en ‘Acción Mutante’ al presentador de los informativos de la cadena JQK que se caracterizan por el enfoque sensacionalista que da a todas las noticias, sobre todo las de sucesos. Una enorme pantalla preside el plató del programa, un elemento ahora habitual en este tipo de espacios pero que no lo era ni mucho menos en los años 90 en los que se rodó el filme. La falta de principios de la cadena y el ansia de carnaza lleva a permitir que el presentador estrella se presente en el lugar en el que se va a realizar un pago por un secuestro para transmitirlo en directo frente a la audiencia. ¿Sería extraño que sucediese algo así ahora en algún canal? No. De la Iglesia se adelantó en el tiempo y denunció, entre otras cosas, cómo las teles son capaces de manipular y de entrometerse en lo más íntimo.
La Zona Oscura
El profesor Cavan era en ‘El día de la bestia’ el objeto de deseo del cura que lo secuestra creyendo que gracias a él va a poder contactar con el anticristo. De nuevo la manipulación mediática se cuela en el argumento de un filme del director, esta vez, a través de la figura del presentador de ‘La Zona Oscura’, una persona al que se le denomina como el investigador de lo oculto, el mago del misterio, el maestro de lo sobrenatural y el hombre que conoce el presente, el pasado y el futuro. En realidad no es más que un vendehumos, pero ha logrado que muchos espectadores, como el padre Ángel Berriartúa, crean que posee unos poderes especiales. ¿A qué presentador con contactos con el más allá se parece este personaje?
Directísimo
Este programa sí existió y lo presentó con gran éxito José María Íñigo entre 1975 y 1976. Por él pasaron las mayores figuras del espectáculo, tales como Alain Delon, Rita Hayworth o Tina Turner. Los que nunca pisaron aquel estudio fueron Nino y Bruno (Santiago Seguro y Gran Wyoming), protagonistas de ‘Muertos de risa’, que gracias a Álex de la Iglesia se colaban en este formato. Hasta ahora ese filme había sido el más televisivo del realizador vasco ya que giraba en torno a una pareja de cómicos con enorme popularidad que cuanto peor se llevan mayores triunfos logran.
El mayordomo de la tele
La presencia de la tele en ‘La comunidad’ es menor pero no anecdótica, puesto que los dos momentos en que hace presencia son de enorme importancia. Y no es casualidad. La pequeña pantalla aparece cuando se descubre al muerto del edificio, que estaba viéndola al fallecer. Cada día nos encontramos miles de personas que murieron mientras veían la tele, explica el policía, que otorga al electrodoméstico el valor de compañía que para muchas personas representa. Mirando la pantalla, por otro lado, descubrirá Carmen Maura el misterio sobre dónde está enterrado el dinero que el vecino ganó con la quiniela. Al ver el anuncio del mayordomo de la tele (Don Limpio) y fijarse en los azulejos llega a la conclusión de cuál de ellos esconde el botín.
Noche de bodas
En ‘Crimen Ferpecto’ Rafael se ve sorprendido en los grandes almacenes por las cámaras del programa ‘Noche de bodas’ donde se han presentado para darle una sorpresa. En realidad la que quiere sorprenderle es Lourdes, su compañera de trabajo y chantajeadora, que ataviada con un vestido de novia le pide matrimonio frente a una cámara, una audiencia millonaria y las risas de sus compañeros. El presentador le presiona hasta que consigue que él acepte casarse (y desmayarse después).
Rumore, rumore
El programa de corazón más famoso de la televisión de ‘La chispa de la vida’ se parece mucho a ‘Sálvame’, tanto que cuando la película empieza Salma Hayek lo está viendo y en él aparecen Jorge Javier Vázquez y Lydia Lozano. Más adelante volverá a escena y jugará un papel importante en la trama, cuando Roberto, tendido en el suelo del Teatro Romano de Cartagena y con una barra de hierro atravesándole la cabeza, se plantee vender una entrevista a la televisión y conseguir así dinero para dejar a su familia y librarles de la crisis económica por la que atraviesan. El productor, Juanjo Puigcorbé, negocia la cifra para poder transmitir en antena el dolor y sufrimiento por el que está atravesando ese hombre.
La gala de Nochevieja
Una pareja de presentadores que no se soportan (a pesar de que mantienen una relación fuera de pantalla y tienen un hijo en común) se encargan de presentar el último programa del año y son conscientes de la bárbara audiencia que se consigue cuando se comen las uvas. Por ello no dudarán a la ahora de conducirlo y se pelearán por lograr las mejores frases. Saben que todos los ojos estarán puestos en ellos y que eso puede repercutir en nuevos proyectos, tal y como le pasó el año anterior a Cristina Pedroche, que tras su éxito en las campanadas acabó presentando ‘Pekín Express’. ‘Mi gran noche’ va más allá y describe las situaciones laborales que atraviesan los medios de comunicación, la amenaza de los despidos y, sobre todo, lo costoso que resulta grabar una ceremonia de estas características en la que nada ni nadie es como parece. Ni los que se ríen, ni los que simulan que se atraen, ni los que parecen seguros de sus éxitos, ni los que están de moda, ni los que aseguran que se esfuerzan para que todos los trabajadores tengan idénticas y buenas condiciones laborales.
Bonus: la tele de verdad de Álex de la Iglesia
Los anuncios
Al margen de la simbología que en la trayectoria del cineasta ha tenido la tele no podemos olvidar que el director ha coqueteado en varias ocasiones con este medio, en el que ha desempeñado varias labores. Una de las tareas más importantes fue en el marco publicitario. Antes había sido decorador de espacios como ‘Detrás del sirimiri’ de ETB y guionista de formatos como ‘Inocente, inocente’ o ‘El peor programa de la semana’. Respecto a la publicidad la campaña que mayor popularidad consiguió fue la de Camprofrío y los cómicos, pero antes había trabajado para Fnac (anuncio polémico que vetó TVE) y Vodafone.
El corto de Buenafuente
A petición de Buenafuente (para su programa en Antena 3) De la Iglesia viajó a China donde grabó un pequeño reportaje sobre si Franco vivió allí o murió. La pieza dura seis minutos y cuenta con la intervención de Carlos Areces.
Plutón B.R.B. Nero
Álex de la Iglesia se atrevió con la ciencia-ficción en una serie que se grabó para La 2 durante dos temporadas y que giraba en torno a una nave que busca un planeta habitable. ‘Plutón B.R.B. Nero’ estaba protagonizada por Carlos Areces y Carolina Bang y constó de 26 episodios. Un par de años antes había dirigido un episodio de larga duración (La habitación del niño) para una versión nueva que Telecinco producía de la mítica ‘Historias para no dormir’, titulada ‘Películas para no dormir’.
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