Todos oímos en muchos foros de especialistas que laactitud se ha convertido en la variable clave en muchos procesos de selección. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de actitud? ¿Cómo puedo preparar mi entrevista teniendo en cuenta la actitud?· Imaginemos por un momento que llegamos a una entrevista y nuestro candidato no conoce apenas la empresa, no ha mirado la web, ni conoce apenas el sector.
· Imaginemos que el candidato lleva ya tiempo en el paro y no ha conseguido trabajo y por lo tanto prevé que tampoco va a ser ahora. Su gesto, cara, posición corporal y movimientos seguramente proyectan un nuevo fracaso.
· Imaginemos que cuando nos pregunta el entrevistador nuestro tono es algo escéptico o incluso apático. La hora del día, el venir en coche o andando, o cualquier factor situacional puede influir.
· Imaginemos que el entrevistado no se cuida del todo, no come bien, o no duerme, no hace deporte o actividad alguna, y eso se percibe en su tono corporal e incluso en su imagen.
· Imaginemos que el candidato viene con toda una carga de problemas previos y se ve en su expresión.
· Imaginemos que el candidato ha tenido malas experiencias anteriores en otras empresas o en otros procesos de selección y por lo tanto ya piensa que tiene que defender sus derechos por encima de todo, generando una pauta poco colaborativa, o incluso algo agresiva o defensiva.
· Imaginemos que el candidato no está del todo concentrado en la conversación y eso por supuesto se nota, pareciendo expresar poco interés aunque no sea el caso.
· Imaginemos que el candidato no puede decir todo lo que quiere y eso le disgusta pues no puede ni expresarse como a él/ella le gustaría.
· Imaginemos que el candidato está tan centrado en él/ella y en hacerlo bien que le cuesta comprender o ponerse en el lugar del entrevistador no respondiendo con precisión o completamente a las preguntas.