¡Qué bien! estamos tan cerca del espíritu navideño que no me sorprende todo lo que está pasando en Valencia. Por si no lo sabéis, ¡ya han venido los Reyes Magos! ¡Que sí, en serio, están aquí!
Y es que mi ciudad, Valencia y mi Comunidad, la Comunidad Valenciana, le ha tocado la lotería, el gordo, pues de repente todos nuestros problemas se van a ir de un plumazo. Ahora vamos a tener financiación, y corredor mediterraneo, y más agua. Y a ver que más: nuestros autónomos tendrán ayudas y les devolverán derechos perdidos, y los comerciantes serán atendidos, y los que organicen congresos ya no tendrán que hacerlo “por obligación” en el Palacio de Congresos si quieren apoyo de Turismo Valencia Convention Bureau, e incluso asistirán sus presidentes y consejeros a los actos de interés valenciano y no solo a los que interesan. También hemos oído que se pondrá de nuevo la televisión valenciana, eso sí, ahora independiente, sin la manipulación obsesiva de los políticos por colocar hasta la parienta más lejana. ¡Ah! Y también he oído que Feria Valencia va a dejar de ser un agujero económico. ¿Y qué más? Que se preocuparán por la PYME valenciana, y que las políticas llegarán a Castellón y a Alicante y no se quedarán solo en Valencia. Y también me ha parecido leer que por fin entre quien entre se va a intentar llevar mejor con las universidades, y no presionar con no pagar a los funcionarios como en los últimos años.
También es verdad que me hubiera gustado que esta vez los Reyes Magos hubieran traído otras cosas. Y no es que no me gusten todas las que van a traer, de hecho, muchos valencianos las firmaríamos ya. Pero es que echo de menos a las personas en sus programas. No he oído tanto del maltrato de la mujer y la violencia de genero, y no hablo de debates espurios y sin sentido que se quedan en palabras perdidas en el aire. Hablo de hechos reales, financiación para que la mujer agredida no se sienta excluida socialmente y marcada como si hubiera hecho algo mal. Y es que nuestra sociedad tiene que darle una vuelta a esto. No he visto indignación en sus gestos, ni llanto en sus rostros. He visto los ojos como Tio Gilito, pero en vez de dólares los ¡malditos votos! Es lo único parece importar. No he oído apenas acciones concretas sobre qué va a pasar con los miles de jóvenes que no tienen futuro ni esperanza, más que el día a día soñando con un porvenir que les deje hueco para demostrar su talento. No he oído casi nada de los ancianos, de su soledad, de sus enfermedades y achaques, de cómo combatir con deporte y prevención la sobreocupación de la sanidad. No he oído apenas de una potenciación de las universidades y la educación hacia una mayor calidad, con recursos y planes estratégicos. Ni he oído apenas soluciones a la formación profesional que tantos jóvenes tienen como alternativa real. Y es que se habla tanto del empleo desde la macroeconomía que se olvidaron que detrás hay personas. Me gustaría que la gente hablara de empleabilidad, de cómo mejorar uno a uno a cada valenciano sin empleo. De agencias de empleo que colaboren y no despisten con números y datos. De programas reales para mayores de 45 años. También para mujeres por su dignidad en encontrar un empleo o si lo tienen para cobrar un salario al menos en equidad con los hombres. ¿Y esa autopista que pagamos continuamente y que siempre prorrogan? Algún día entenderemos que ir en autopista es disminuir la mortandad de los ciudadanos, y así nos dejarán de meter publicidad que nos acojona de miedo. Y es que está demostrado que esa publicidad no sirve para quien se salta las normas normalmente en la carretera, no le hace ni caso. Y sin embargo impacta en aquellos que si hacen caso negativamente. Pero claro, como hoy en día todo se hace por la publicidad, no importan los hechos ni las acciones, importa comunicarlo. Aunque no se haga nada.
Por lo tanto con todo esto, no sé qué hacer, pues me traen tantas cosas los Reyes Magos Políticos, que no sé si pedir carta este año. Si pido la carta de los Reyes Magos igual se dejan algo de lo que dicen van a traer y no me lo perdonaría. Y es que, ¡estoy tan contento! Nos van a traer tantas cosas a los valencian@s. Estamos de enhorabuena. Y como nos conocen que somos de carácter afable y muy meninfots, con esto nos es más que suficiente. Nos sentimos halagados en los oídos, y ya sabemos que todo va a ir a mejor. ¡Qué bien! Pues estaba harto de oír cosas de pobreza ya no en la India sino en algunos barrios de mi ciudad. E indignado no me lo creía. Pero sé que esto se acaba, he visto a los Reyes Magos. Tienen cara, son cercanos, hablan en Valencia y nos dicen públicamente todo lo que van a traer. De todos modos, por si acaso me pondré a escribir la carta a los Reyes Magos para por lo menos recordar no olvidar que más cosas tenemos que hacer en esta Comunidad que tanto me gusta. Y la publicaré en otra entrada, porque igual por pedir, alguno Rey generoso como son, añade algo más en sus regalos. ¡Qué 2016 nos espera! ¡Afortunados somos!