Lo primero pregúntese por qué quiere dar feedback negativo, seguramente tiene que ver más con usted que con la persona a la que quiere dárselo. Si siente una necesidad urgente, que seguramente el otro no tiene, debería seguramente hablarlo con algún amigo y revisar-se un poco. Pues el desequilibrio no es del otro sino suyo. Recuerde que si lo hace por bien del otro (raras veces es ese el motivo), debería preguntarse si antes ha dado feedback positivo de modo continuo a esa persona. ¿La ha alimentado y acicalado lo suficiente? Si no equilibra el feedback positivo y el negativo, normalmente una ratio de 5:1, no está generando una relación positiva de intercambio. Pues si solo es capaz de ver lo “negativo” del otro, deberá plantearse si es su “amigo” o si es un colaborador competente (en caso sea su supervisor). Pero no pierda nunca la perspectiva, es decir, el global de todo. El “falso” amigo es muchas veces expresión pura de toxicidad. En el caso profesional, busque un informe objetivo de evaluación por competencias o del rendimiento para tener garantías y sobre todo para tener más fiabilidad. En muchos casos se puede sorprender de cómo somos de subjetivos, pues potenciamos a los afines a nosotros y “hundimos” a los que que piensan diferente. De este modo, tiramos el verdadero talento de nuestras organizaciones y permitimos aquel que se ajusta más a nuestra personalidad. Conocí un caso de un Director General que solo respetaba a aquellos colaboradores que le chillaban, pues al que le trataba con respeto entonces era él quien lo trataba mal, vamos una cuestión de poder. Por eso necesitamos algo más de objetividad. Por lo tanto, más que dar feedback negativo mi consejo es que intente centrarse en dar feedback positivo y construir, y si tiene mucha urgencia por dar ese feedback negativo, sencillamente vaya a un coach ejecutivo, pues seguramente tiene lo que se llama “necesidad de proyectar”, es decir, cargar sobre otros sus propias ansiedades.
El feedback positivo construye relaciones, asegura fortalezas, aumenta la autoestima y equilibra emocionalmente. Si ha seleccionado adecuadamente, construya y refuerce. Evalúe y en el tiempo tome decisiones. Pero recuerde construir. La mejor evaluación es aquella que se basa en la perspectiva y visión global, y por lo tanto garantiza la justicia de su percepción. Practíquelo día a día y se sorprenderá los efectos positivos que tiene. Pues las personas fuertes y equilibradas tienen mayor capacidad de ver el conjunto de sus colegas o subordinados, y por lo tanto de saber valorar tanto lo positivo como lo negativo. Practíquelo pues somos una sociedad centrada en lo negativo y por lo tanto tenemos que entrenarlo.