Me llama la atención cómo en términos generales se piensa que porque la educación de los adultos (universitaria o de los empleados en general) ahora sea online con ello se desprestigia o pierde el poder del aprendizaje o del conocimiento compartido. Quizás esto no hace más que reflejar una realidad, la nuestra, la española tan social y gregaria, donde la presencia física en la educación o el presentismo organizativo se asocia a calidad o productividad.
La realidad es que todo lo que sea “tele” no parece adecuarse a nuestra mentalidad, teletrabajo, teleeducación,… y todo ello está haciendo mucho daño tanto a las organizaciones como a la educación actual.
Necesitamos una profunda reflexión para comenzar a valorar más otras alternativas a los métodos tradicionales. ¿Estamos preparados?
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