Silencio, que en esta empresa nadie habla…
No sé si lo saben pero eso se llama silencio organizativo. Sí, ya sé que seguro han pensado que el silencio es bueno para la concentración y el trabajo diario. Pero me refiero a ese silencio que calla la mejora del servicio o producto, o que no dice lo que ha ido mal por miedo a su jefe, o que teme arriesgar y exponerse. Sí, ese es el silencio tan dañino que no dice que se está dando mal servicio en la organización, ese que no se plantea hacer una sugerencia porque o no le hacen caso o se han reído de él o ella. Ese silencio lleva a las organizaciones al caos, eso sí, silencioso. Y después el silencio se queda para siempre pues muchas mueren por ineficiencia y por ineficacia.
De hecho es muy difícil sobrevivir sin tener el pulso del mercado, de los clientes, de las nuevas tendencias, y esa información y conocimiento moverla por la organización para que cada área o departamento tome buena nota en lo que le afecta. Pero como estamos hablando de intangibles parece que no importa. Ni que decir del pulso del silencio de los empleados sobre su clima, motivación y necesidades, ese que calla ya porque percibe que no sirve de nada decir algo, porque si se dice o estás marcado en la empresa o ya ni lo cuentas. ¡Bendito silencio! Sí, sí, silencio que todo lo calla y que tanto daño nos hace a las organizaciones.
Bueno me voy a callar no sea que alguien me oiga y me diga algo que no me gusta, quizás me estoy exponiendo al hablar tan claro, sí, sí, mejor callar… ya saben…