Afortunadamente, como diría mi amigo Eduargo Jauregui, podemos reorientar una carrera entre dos y tres años de especialización. Siempre hablando en términos generales y por supuesto entendiendo que una buena especialización intensa y completa podría en un año dar sus primeros avances para optar a algún nuevo puesto. Sin embargo, es precisamente esa combinación de nuevos aprendizajes y experiencia la que determina después nuestro nivel de empleabilidad en la misma.
Si algo hemos aprendido con los avances de la neurociencia es nuestra capacidad para ser quien queramos ser siempre y cuando le dediquemos tiempo, intensidad en el entrenamiento y formación, y quizás añadiríamos el complemento de un mentor o coach que supervise y guíe la adecuación del proceso.
Pero ¿tan sencillo es cambiar de especialización o profesión? En ningún momento se habla de sencillez, más bien al contrario, comenzar de nuevo en un área significa estar en zonas de aprendizaje, y a veces de pánico, durante mucho tiempo. El reto es continuo, y la perseverancia es la clave. Aprender algo nuevo significa salir de la zona de confort diaria y exponerse a nuevos contenidos y habilidades. Ponerlos en práctica y retarse diariamente en el aprendizaje. Pero más allá de una mera exposición a nuevos contenidos, significaría plantearse diariamente el reto profesional, zambullirse en la nueva literatura, exponerse a conferencias y seminarios constantemente y sobre todo, muchas horas de aprendizaje real, muchas horas de sacrificio continuo.
Pero ¿es posible? Por supuesto, conozco casos de directores comerciales que han trabajado en el sector durante más de veinte años y que con dos o tres años se han convertido en grandes cocineros. Por supuesto el tiempo va dando un mayor nivel de experiencia pero la empleabilidad en este caso concreto se dio a partir del segundo año. Así también jóvenes que se metieron de lleno en el mundo de las webs y redes sociales y que han logrado en sólo dos años un gran nivel de empleabilidad. También un ingeniero que quiso cambiar su vida por la consultoría y el coaching y se especializó, y en tan solo dos años está ya impartiendo cursos y viviendo de su asesoría empresarial. También un profesor de magisterio que reorientó su trabajo hacia el acompañamiento de las empresas en técnicas como el outdoor training. Y así podríamos seguir un número incontable de situaciones de reorientación laboral. En algunos casos ha sido la visión de una oportunidad del mercado, pero la mayoría que comento en esta entrada ha sido una búsqueda de la vocación y de la pasión. Y es que quien encuentra su pasión multiplica por tres su empleabilidad. Ya saben la fórmula que me gusta tanto repetir: TALENTO X PASIÓN = EXCELENCIA.