La situación actual en España es realmente grave con los casi seis millones de parados que tenemos. Y aunque se nota una ligera tendencia “menos negativa” indicando que se ha llegado al tope de caída de la crisis, la situación actual no deja de ser dramática.
Pero ¿qué hacer para poder mejorar la empleabilidad, es decir, la potencialidad de tener más valor en el mercado laboral? Esta palabra, la empleabilidad se ha convertido en clave en los últimos años pues quizás es la que está determinando cuando hay incorporaciones laborales quiénes se están colocando. ¿Qué hace que una persona obtenga el trabajo por encima de 50, 100 o 200 candidatos que se han presentado también? Está claro que hay tres elementos claves: el CV, la entrevista individual y las dinámicas de grupo. En los tres casos hay que demostrar el valor que tenemos en comparación con otros candidatos. Quizás la diferencia es que en el CV tenemos el control absoluto de lo que presentamos, pero en las otras dos (dinámicas y entrevistas) todo depende no sólo del valor que tenemos sino de la capacidad de ponerlo en juego (individual o en grupo) en un momento del tiempo. Y entonces entran otros factores como la personalidad, el entrenamiento, experiencia y familiaridad con las pruebas, nuestra extroversión y sobre todo nuestra actitud. En próximas entradas iremos viendo todos estos elementos, pero quizás ahora lo que más quiero destacar es que el fondo de todo y que no tiene que ver con las técnicas es precisamente nuestra competencia de cara al puesto que se requiere. Es decir, la habilidad, conocimiento y actitud que tengo para poder ajustar en el puesto demandado. Y quizás esto si que merece una reflexión importante para valorar mis próximos años y la estrategia a seguir. No es lo mismo tener un alto valor y saber que cuando se mueva un poco el mercado tendré más oportunidad que no tener claro el valor y perderse en múltiples ofertas sin saber muy bien por donde va uno. Y es que, la estrategia juega un papel fundamental en estos casos. El ajuste con el puesto laboral tiene dos vertientes, una la mía como candidato y que por lo tanto tiene que ver con lo que hago para tener más valor: formación, entrenamiento en habilidades, experiencia, lectura, actualidad, conocimiento del sector, etc… Pero la otra cara es la tendencia en los puestos laborales, y esto si que merece una mirada especial. La oferta laboral varía con el tiempo y se observa que en momentos como estos se pide más precisamente porque hay más candidatos, pero también hay tendencias que marcan áreas donde igual con formación externa o autodidacta se pueden generar oportunidades. Ese análisis solo lo puede hacer el candidato pues es quien mejor sabe dónde está en este momento y cuál es el tipo de trabajo que va buscando. Y después también están las consideraciones a corto y medio plazo. Es decir, antes que nada hay que trabajar y ganar un salario para poder afrontar muchos pagos, deudas o responsabilidades familiares. Con lo que a corto plazo está la oportunidad de buscar cualquier trabajo temporal para al menos poder garantizar la situación económica, y suerte claro. Y con ese corto plazo cubierto no perder nunca en perspectiva el medio plazo donde uno debe seguir peleando por entrar en el mercado laboral en aquello que tenga más valor. Y por ello necesita ser estratega. Lo que está claro es que casi nadie piensa en el daño personal y social que provoca en el desempleado. Todo esfuerzo económico, político y social se debería dedicar a menguar cuanto antes esta realidad dramática que tanto daño está haciendo a personas con talento pero sin oportunidades de demostrarlo.
@roberiluna
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