No hace falta entrar en muchos detalles para comprobar la desinversión que se ha dado en educación, sanidad, justicia,… de hecho, uno de los principales argumentos de esta desinversión es precisamente buscar su eficacia para que los mercados privados puedan gestionarlos. Igual esto dicho así como titular se lo puede creer alguien, pero como Catedrático en Dirección de Empresas obviamente no puedo tragarme este cuento. Una cosa es la modernización o no de la administración y otra el sentido o tendencia publico/privado de las intervenciones. Con esto dejo muy claro que puede haber una modernización de las administraciones públicas sin perder el sentido “público” que tienen. De hecho, una de las principales argumentaciones de muchos “expertos” es que la modernización de la administración pública solo puede pasar por comprender los principios de la privada, y de paso así estimularla a veces muy partidariamente como hemos visto. Sin embargo, la modernización de la administración pública pasa por adquirir las nuevas técnicas, procedimientos y estrategias de las organizaciones de alto rendimiento. ¿Es esto posible en nuestra administración? Claro que puede ser, no tiene sentido tengamos hospitales caóticos en organización y con mal servicio, con inversión mínima. Ni tampoco un servicio de justicia paupérrimo, y no por nuestros profesionales, sino por la ausencia de servicios y medios para dar un servicio mínimo de calidad. Y ya en la educación no hablemos, el fomento que se ha hecho de determinadas universidades privadas en esta comunidad cuando al mismo tiempo no se pagaba a las públicas para mantenerlas en la tensión del servilismo, ha generado una sobreoferta difícilmente comprensible desde una libertad de mercado.
La modernización de la administración pública requiere dos factores fundamentales, uno seguir manteniendo la vocación y espíritu de la necesidad de un servicio público. El segundo elemento claro es asumir que existen muchas técnicas y procedimientos del “management” modernos que son necesarios ya en la administración pública para tener indicadores, procedimientos y sistemas que mejoren la calidad de servicio. Todo ello claro, acompañado de una inversión mínima en medios para que estos cambios se puedan dar. Esta modernización se ha dado en muchos países europeos, es sencillamente cuestión de voluntad. ¿Queremos?