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Empleo y talento

Cultura de Talento… ¿Apostamos?

Cuando todo se puede copiar e imitar ¿dónde está la diferencia en las empresas? ¿Dónde añadir ese valor que no encuentran muchas organizaciones y tienen que acabar compitiendo por precio y márgenes imposibles? El reto del futuro es la gestión del talento, y no es una frase hecha, es una realidad ya aplicable a muchas empresas. Gestionar talento significa tener personas que innovan, que mejoran procesos, que anticipan mercados, servicios o productos. Y sobre todo, personas que crecen conforme avanza la sociedad. Y es que la sociedad cada vez cambia más… ¿Cuánto ha cambiado su empresa en los últimos años? Gestionar talento es trabajar el presente al nivel más alto posible de rendimiento (productividad) y al mismo tiempo garantizar el futuro de la empresa (potencialidad de los profesionales). Da igual si hablamos de ese pequeño negocio o de esa gran empresa, todas a su escala afrontan no solo el tema de su estrategia competitiva, sino también un elemento fundamental para el talento, la cultura de la empresa. ¿La cultura? Sí, las culturas igual que los jefes tiran las personas con talento de la empresa, y al mismo tiempo una cultura no orientada al talento no podrá beneficiarse de los beneficios e implicaciones que conllevan las prácticas orientadas hacia el talento. ¿Tan claro es? En efecto, culturas no orientadas al talento sino más bien orientadas al poder, o a un paternalismo ajeno al mérito, solo pueden “parchear” su realidad. Y es que hay muchas empresas aún en este espacio de presión y miedo que al mismo tiempo quieren hacer una gestión del talento. Pero ¿cómo conciliar el miedo o la presión negativa con una formación de equipos de talento o con un entrenamiento diferencial en técnicas de desarrollo profesional? ¿Se puede dar? En efecto se puede dar, pero obviamente si no se ajusta la cultura (de talento) con las prácticas y el entrenamiento de los profesionales (hacia la mentalidad de talento y la excelencia), lo único que conseguimos es malgastar las inversiones y frustrar al personal. No hay verdadero cambio hacia la gestión del talento si no se da un cambio cultural. Sólo con ver al director general y a su comité de dirección se puede decir si esto se da y por lo tanto es muy sencillo de identificar. Otra cosa es cómo gestionar el cambio, pues son cambios de mentalidades, y eso no se da de un día para otro. Pero o se hace o nos quedamos fuera. Y es que aunque no hay empresas perfectas al menos debemos gestionar no desde las intenciones sino desde las realidades y desde el ejemplo.

por Roberto Luna

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