Las revistas, los mitos y las creencias populares hacen que muchas personas cometan errores cuando hacen ejercicio. Son como pecados capitales que todos hemos cometido alguna vez y que hay que evitar para conseguir nuestros objetivos. La mayoría se solucionan con un poco de actitud y poniéndote en manos profesionales.

Darlo todo al principio

Es muy común en personas que tras años y años de una vida sedentaria se apuntan a un gimnasio o deciden cambiar de vida y optan por hacer ejercicio todos los días de la semana. No es lo más aconsejable, es mejor una progresión lenta pero sin pausa. Piensa que el esfuerzo que te está suponiendo de pasar de cero a diez sin márgenes en medio puede hacerte tirar la toalla. Además del esfuerzo, el tiempo que estás invirtiendo es mucho si tenemos en cuenta que hace unos días no hacías nada de nada. Justo lo contrario es limitar el esfuerzo al mínimo con la excusa de que estás comenzando. El cuerpo se acostumbra rápido a un mismo nivel de exigencia y hay que buscar los límites. El postureo para Instagram.

No estirar

No estirar (o calentar) es un grave error que mucha gente comete. Ahora que está de moda salir a correr es muy normal ver a personas que después de correr simplemente para, con el esfuerzo que supone eso para el corazón y que puede traer graves problemas. Sigue caminando hasta que las pulsaciones se relajen y estira al menos 40 segundos cada grupo muscular que has trabajado. Tómate tiempo, es tan importante como el propio ejercicio para evitar lesiones y que el trabajo sea correcto.

Pensar que se puede perder grasa localizada

Grave error. Aunque te mates a hacer abdominales o sentadillas no conseguirás reducir el vientre ni las cartucheras. El cuerpo va eliminando el excedente de grasa de todo el cuerpo y por ello debes trabajarlo todo, además, de donde antes desaparece la grasa es de los sitios en que menos tienes y es complicado llegar a perder esas zonas donde más grasa tenemos. Habla con un profesional que te introduzca una rutina correcta a tus necesidades si tienes un reto concreto por delante y piensa que nada es imposible, si otros pueden, ¿tú por qué no?

No tonificar

Hay gente que piensa que sólo haciendo spinning, por ejemplo, puede moldear su cuerpo. Aunque siempre es mejor hacer algo que nada, piensa que debes tonificar los músculos y no sólo centrarte en ejercicios cardiovasculares si de verdad quieres un cambio físico. No estoy hablando sólo de pesas, las flexiones, los burpees, las sentadillas, las abdominales o los fondos de tríceps, por ejemplo, son un complemento importante.

Sudo luego adelgazo

El sudar no tiene nada que ver con adelgazar. Se trata de una reacción del cuerpo para mantener la temperatura pero básicamente eliminas agua que recuperarás al beber. Olvídate de hacer deporte tapado, con plásticos o elementos para sudar más, es una solemne tontería. Céntrate en la técnica y en el esfuerzo que el sudor lo recuperarás en cuestión de minutos cuando te hidrates. Por cierto, hidrátate mientras haces deporte pero no lo uses como excusa para parar.

Estoy bloqueado

Si tienes un objetivo claro es lógico que en algún momento pienses que estás bloqueado, que no avanzas. En realidad si lo estás haciendo pero el camino no es siempre fácil y la constancia y la fuerza de voluntad también deben entrenarse. Una buena alimentación adaptada a tus necesidades, el ejercicio adecuado y el descanso con las claves del éxito.

No intentarlo

Las barreras mentales son las peores porque nos las ponemos nosotros mismos. Es lógico en el ser humano tener respeto ante nuevos retos, ante lo desconocido. Pero siempre hay que intentarlo, aunque se falle. Es el poder de la mente: cuando creas que no puedes más, persevera. Yo al menos, personalmente, admiro a las personas que lo intentan. La fuerza de voluntad es más importante que la fuerza de los bíceps.