Hoy vamos a analizar una de las revoluciones del mundo del fitness que ha irrumpido en España con fuerza en los últimos años y que se ha convertido en el futuro del sector: el Crossfit. Aunque nació en 1974 en EEUU es ahora cuando empieza a cristalizar con fuerza por los grandes beneficios que aporta ya que fue inventado ante el estancamiento del trabajo que puede implicar la rutina de pesas.
Fue el norteamericano Greg Glassman quien lo inventó y en los años 90 del siglo pasado usó el método para entrenar a bomberos o policías y sus buenos resultados hicieron que se introdujera entre los aficionados al deporte.
El Crossfit está basado en ejercicios funcionales, esto es, que implican varios grupos musculares a la vez, y en una sola sesión que dura alrededor de 60 minutos se trabaja la resistencia cardiovascular, la resistencia muscular, la fuerza, flexibilidad, potencia, velocidad, agilidad o equilibrio, entre otros.
Cada clase se ejecuta con un entrenador delante que vigila la técnica y evita las lesiones. Los resultados son espectaculares y mucho más rápidos que con otras disciplinas pero, evidentemente, es muy exigente. Cada clase se compone del WOD (Work of the day) ‘trabajo del día’ y empieza con un calentamiento rápido para dar comienzo a dos partes de trabajo en las que no hay descanso: desde flexiones a dominadas, pasando por halterofilia, saltos sobre cajón… Todo encadenado y sin pausas ya que los descansos son cortos.
Serafín Martí es uno de los ‘coach’ de Crossfit y nos explica que “en principio el Crossfit es para todo el mundo” ya que “se adapta el entrenamiento según la edad y el estado físico de cada uno” y lo importante es que se va avanzando de forma progresiva. Tanto es así que incluso las embarazadas lo pueden realizar.
Las clases se desarrollan en ‘box’ y hay centros que se dedican en exclusividad a impartir Crossfit. No obstante, son muchos los gimnasios los que están adaptando parte de sus instalaciones para poder practicarlo.
Esta disciplina se ha convertido en casi una religión para los que se han enganchado ya que los resultados son rápidos y muy evidentes a la hora de modelar el cuerpo, siempre que se acompañe de una alimentación adecuada, y es la opción perfecta para aquellos que se aburren con las pesas, si bien el levantamiento de pesos forma parte del entrenamiento.
El Crossfit es un auténtico ‘quema-grasas’ ya que “al ser un entrenamiento de alta intensidad funciona en dos aspectos: genera masa muscular y pérdida de grasa al mismo tiempo”, advierte Serafín Martí.
Una de las cuestiones curiosas es que se recomienda entrenar tres días seguidos y seguido de un día o dos de descanso y, más allá de las características físicas, importa “la actitud, disfrutar y no compararse con nadie” frente a este entrenamiento, tal y como subraya Serafín. A diferencia de otros ejercicios, el Crossfit tiene combinaciones infinitas por lo que el cuerpo nunca se acostumbra a una rutina determinada lo que implica beneficios directos y continuos: carreras, usar el peso de todo el cuerpo, saltos, sentadillas con peso, trabajo en equipo…
Lo importante es que la evolución es imparable y engancha. Aquí podéis ver en qué consiste el Crossfit. Es alucinante, lo sé. Pero piensa que también ellos empezaron un día de cero.