Si la semana pasada abordamos los peligros de los atracones navideños a la hora de mantener una vida sana, hoy toca analizar una de las bestias negras de la vida saludable: el alcohol. Seguro que muchas veces has escuchado decir que las bebidas alcohólicas son calorías vacías, pero, ¿Qué significa esto? Pues a diferencia de, por ejemplo, un trozo de turrón, el alcohol no aporta ningún beneficio para el organismo, salvo alguna honrosa excepción como el vino que de forma moderada sí aporta beneficios. Son fuentes de hidratos y grasas saturadas.
Es muy habitual que haya gente, pese a realizar grandes esfuerzos con una dieta y deporte no consigan uno de los grandes resultados del fitness, es decir, el ‘six-pack’. Y el problema, muchas veces, se esconde en el consumo de alcohol en fin de semana.
Pero, ¿Qué hace tan dañino a los licores y las bebidas con alta graduación para el cuerpo? Básicamente en que su ingesta hace que se interrumpa la oxidación de los hidratos de carbono y las grasas. La oxidación es un proceso natural que se produce en la digestión y que facilita la eliminación de excesos del cuerpo. Sin embargo, el alcohol no sólo interrumpe el proceso, sino que lo invierte y hace que incremente su acumulación en forma de grasa. Es como si el metabolismo se parara.
Además, el consumo de estas bebidas deshidrata y obliga a trabajar a ritmos forzados a algunos órganos como el hígado. Evidentemente, si un día bebes no se producirá un efecto tremendamente negativo, pero para que te hagas una idea, pasarte con las copas una noche puede equivaler a todas las calorías necesarias para funcionar durante todo un día.
Los efectos son básicamente negativos: desde el cerebro al estómago, todo el organismo se ve perjudicado por su ingesta y, sobre todo, si el objetivo es moldear el cuerpo. Si los chicos notamos sus efectos en la faja abdominal, las chicas lo harán en la parte de las caderas y los glúteos (y, además, es un gran generador de celulitis). Evidentemente es casi imposible huir del alcohol en nuestra sociedad. Es decir, no pasa nada por tomar una cerveza o una copa de vino de vez en cuando o brindar por 2015 con un buen cava.
En cuanto a aportación energética, el más calórico es el whisky (cerca de 300 calorías una copa), Ron (125 calorías), cerveza (95 calorías), vino blanco (87), Vodka (85), vino tinto (72) o cava (69), todos los datos dependiendo del vaso y de manera aproximada.
Sin embargo, no hay que rechazar la gran cantidad de estudios que existen que hablan de los beneficios del vino tinto, por ejemplo. La maceración de la uva para que se convierta en alcohol a través de un proceso natural convierte al vino en una bebida con determinados beneficios coronarios o antibacterianas que son muy promocionados.
De hecho, hay países donde el vino se receta como medicamento y durante la Ley Seca de EEUU se extendían recetas para adquirirlo. No hay que se tremendistas y el vino es una de las grandes industrias de España.
Es cierto que llevando una vida saludable, practicando deporte y con una dieta sana, la ingesta de vino no tiene porqué ser perjudicial. Pero no he encontrado ningún endocrino que recomiende aquello de las dos copitas al día, la verdad. Siempre se habla de moderación y allá cada cual con lo que considera beber de forma moderada.
Son como los remedios para la resaca, que ninguno es eficaz. Si te has pasado con la bebida todo tu organismo está sufriendo (e incluso el Facebook por esas fotos que has subido) y lo único que funciona en beber mucho, rehidratarte todo lo que puedas.
Sea como sea, ve con cuidado esta Nochevieja. Disfruta de la celebración y piensa en la sabiduría del refranero popular español: ‘Una vez al año, no hace daño’ o aquel de ‘De grandes cenas están las sepulturas llenas’. Los dos son ciertos. Feliz 2015.
Recuerda #fitnesschristmas #fitness&roll